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según un estudio

El peso de la mujer como pilar económico de los hogares en España se triplica en 40 años

27/06/2019 - 

VALÈNCIA (EP). El peso de la mujer como pilar económico de los hogares españoles prácticamente se ha triplicado desde 1980 y representa el 33,6% del total, según se desprende de la monografía 'Patrones de consumo de los hogares españoles: evolución histórica (1973-2017) e impacto de la crisis de 2007', elaborada por la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

El estudio, realizado por el investigador del IVIE y catedrático de la Universitat de València, Joaquín Aldás, y la economista, también del IVIE, Marta Solaz, constata que las mujeres son el principal pilar económico del hogar (miembro cuya aportación periódica al presupuesto común del hogar es mayor) en el 33,6% de los hogares españoles, un porcentaje que era del 13,7% en 1980.

Además, el porcentaje de hogares sostenidos principalmente por mujeres se ha repartido en valores homogéneos similares en todos los tramos de edad. Mientras que en 1980 el porcentaje total de hogares con mujeres como principal fuente de ingresos se explicaba por el elevado peso de las mayores de 65 años, en 2017 los hogares con mujeres como principal soporte económico superan el 30% en todas las franjas de edad.

El estudio añade que, en este periodo, también se han producido cambios en el tamaño de los hogares. La población española total ha crecido un 35% desde 1973 pero el número de hogares se ha duplicado, al pasar de 9 millones a 18,5 millones en 2017. Mientras que en 1980 los hogares con cinco miembros o más eran casi el 30% de los existentes, esta cifra no llega al 6% actualmente.

Por el contrario, el porcentaje de hogares formados por una o dos personas ha pasado del 29% al 56% en ese periodo. El peso de los hogares con hijos se ha reducido más de 20 puntos porcentuales, al pasar del 68,5% al 46,6%.

Los autores señalan que esta transformación del modelo de hogar se puede explicar tanto por la caída de la natalidad (con una tasa de fecundidad que pasa de 2,84 hijos por mujer en 1970 a 1,33 en 2016) como por el incremento de la esperanza de vida, que eleva el número de hogares ocupados por personas mayores de 65 años que viven solas o en pareja hasta el 30,1% en 2017, así como por la aparición de nuevos modelos familiares.

Los expertos destacan en su informe los avances en los niveles educativos de los sustentadores principales de los hogares. Mientras que en 1980, el 13% de los hogares contaba con un sustentador con estudios superiores o medios, en 2017 ese porcentaje supera el 50%, una mejora directamente relacionada con la evolución de las clases sociales.

Así, la clase social "baja" --entendida como aquella formada por trabajadores con bajos niveles formativos que llevan a cabo trabajos de baja cualificación-- ha pasado de tener en 1980 un peso superior al 25% de los hogares a superar escasamente el 3% en 2017. Por el contrario, las clases medias han pasado de concentrar el 70,9% de los hogares al 80,8% en 2017.

Además de los cambios estructurales, el estudio analiza los efectos de la transformación de la sociedad y del sistema económico experimentada en los últimos cuarenta años en los patrones de consumo de los hogares y, más concretamente, los cambios producidos en el gasto durante la última crisis económica, entre 2016 y 2013, ya que el consumo de los hogares supone casi el 60% del PIB.

Caída del gasto en los hogares, excepto en los mayores de 65 años

De este modo, entre 2006 y 2013, el consumo total de los hogares en España cayó un 21,8%. Los únicos que vieron incrementar su gasto en este contexto fueron aquellos en los que el sustentador principal era mayor de 65 años: hogares con ingresos estables (pensión de jubilación) que tuvieron que asumir parte de los gastos de hogares establecidos por hijos que sufrieron el desempleo.

El descenso del gasto de los hogares con sustentadores principales menores de 34 años (-33%) contrasta con el crecimiento en el gasto de los hogares con sustentadores mayores de 65 (+2%), precisa el estudio.

Por su parte, los hogares con menor capacidad adquisitiva (clase social más baja y con menor nivel de estudios) tuvieron menos margen para ajustar sus gastos y como consecuencia, la caída porcentual en el gasto por hogar fue menor (-11,1% en los hogares de clase baja frente al -21,5% de los hogares de clase alta; o el -7,2% en los hogares con el sustentador principal sin estudios frente al -23,2% del que tiene estudios superiores).

Durante el periodo de crisis, el estudio indica que se produjo una fuerte caída del gasto por hogar en bienes duraderos, como los muebles o electrodomésticos, que lideraron la caída con un 44,3% menos de gasto. También los gastos en vestido y calzado y la compra de vehículos y otros gastos de transporte registraron fuertes descensos, del 42,8% y el 39,1%, respectivamente. El cuarto grupo en caída de gasto fue el del ocio, espectáculos y cultura.

Sin embargo, a diferencia de otras recesiones, también se produjo un fuerte retroceso en la práctica totalidad de categorías de consumo, no solo en servicios vinculados al esparcimiento como hoteles y restaurantes (-34,9%) o bienes de lujo (-25,2%), sino también los gastos en bienes y servicios básicos como la alimentación (-17,1%), la bebida (-16,7%) o la salud (-13,4%).

Los únicos grupos de gasto que continuaron creciendo durante la crisis fueron la vivienda (3,8%), que incluye tanto los alquileres como los suministros de agua, gas y electricidad, y la educación (13,6%).

Con la salida de la recesión, el gasto en bienes duraderos que se había retraído remonta, indica el estudio que cita al mobiliario y al equipamiento del hogar, que crece un 8,1% entre 2013 y 2017; mientras que el vestido lo hace un 5,9%. La compra de vehículos y gasto en transporte crece un 9,4%, igual que el grupo de gasto de comunicaciones, en el que se incluye la telefonía móvil (9,1%).

Mientras, el gasto en alimentación y bebidas cae durante la recuperación a tasas superiores al 1%, el gasto en hoteles, cafés y restaurantes es el grupo de gasto que más crece con la salida de la recesión, un 20,2%.

La enseñanza también ha seguido creciendo, un 14,5% durante la recuperación frente al gasto en vivienda, el bien que ve reducido su nivel de gasto de manera más significativa en el periodo de recuperación, con un 4% menos. 

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