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El Plan

8/12/2021 - 

VALÈNCIA. “Hay que creer en 'El Plan'", esas fueron las palabras de un misterioso Fernando Alonso tras la quinta posición en la ronda de clasificación del GP de Turquía. Una frase que, lejos de quedar en el olvido, ha supuesto que una legión de seguidores, admiradores y fanáticos del asturiano vuelvan a creer en las posibilidades del piloto hasta el punto de empujarle a volver a subirse al cajón en Catar. Pues bien, Bordalás también tiene un plan.

Igual que le pasa a Fernando Alonso cuando habla del equipo, a mí me gustaría poner en valor el trabajo colectivo por encima del individual. Hoy en día, estamos acostumbrados a encumbrar o defenestrar futbolistas por encima del trabajo grupal o de conjunto. Raro es el día que en lugar de hablar de un equipo contra otro, no se viralizan duelos individuales en los medios como forma de vender un producto que, de por sí, necesita ya una vuelta. Una tendencia en los medios de comunicación que no me gusta ni comparto, ya que el fútbol es un deporte de equipo, de conjunto, de grupo.

Y es precisamente por eso que, cuando un equipo juega como lo que es, a veces no se le tiene ni siquiera en consideración. Cansado estoy ya de escuchar que “el Valencia CF no juega a nada”, “es cuestión de suerte” o “Bordalás solo defiende”. Son medias verdades o medias mentiras, como queráis. Porque el Valencia CF juega menos bonito o más feo que otros, pero juega bastante más de lo que consideran muchos. Podrá salir o no, pero Bordalás siempre tiene un plan.

Porque no llevamos un Ferrari, Mercedes o Red Bull, llevamos una Bordaleta y eso conlleva un plus de trabajo adicional para intentar estar al nivel de exigencia. Dejando a un lado las filias y fobias,  el equipo presiona, muerde y ataca más de lo que mucha gente podría imaginar. No me voy a amparar en los datos porque no es mi fuerte -ni lo pretendo-, pero sí decir que neutralizar a equipos rivales y ser capaz de tener opciones jugosas de llevarte un partido es fruto de un buen trabajo táctico.

Bordalás tiene un plan para cada duelo. Eso es una realidad. Un trabajo específico semanal que reconvierte a situación de partido cada fin de semana. Como cuando Alonso prepara una estrategia de carrera intentando maximizar sus virtudes y minimizar sus limitaciones. De esta manera, el entrenador alicantino se ha especializado en leer y ser versátil en los partidos, bien sea en la previa o en el descanso; así como saber contextualizar a la plantilla para tal empeño a pesar de las limitaciones que pueda tener. Cuando llegó, leímos y escuchamos hasta la saciedad que solo jugaba 4-4-2 con los mismos 11 de siempre, y aquí en Valencia esa premisa ha evolucionado. Hemos visto desde 4-3-3, pasando por 4-2-3-1 y acabando con un 4-1-4-1 dependiendo de la dinámica del partido. Me gusta. Porque Bordalás está creciendo junto con el equipo y, eso, es bueno para todos.

Creo que hay que poner en valor cómo ha sido capaz de cambiar la presión en bloque bajo de partidos como contra la Real Sociedad o Villarreal a los que obligó a tener una posesión estéril, pasando a una en bloque alto contra el Celta de Vigo –propiciando dos robos que fueron dos goles-. Todo forma parte de “El Plan de Bordalás”.

Seguro que al equipo le falta más canalización de balón, posesión o fluidez. Todo ello por no hablar de la finalización y el oficio para saber cerrar partidos. También nos gustaría que muchos jugadores aparecieran más de lo que aparecen, pero si tuviéramos todo eso seríamos el Borussia o el Bayern ; o en argot de la Fórmula 1 seríamos un Red Bull, Mercedes o Ferrari en lugar de una Bordaleta.

Seguramente podríamos exigir que a Alpine invirtiera lo mismo que otros equipos para que Alonso fuera campeón o suba al podio; de la misma manera que Meriton podría o debería poner más herramientas, dinero o jugadores para conseguir el objetivo Champions; pero eso no va a ocurrir ni en un caso ni en otro. Tanto Alonso como Bordalás saben que es más que difícil estar a ese nivel y todo dependerá de la maña –más que de la fuerza- para conseguir volver a estar entre los mejores.

Y el plan, no nos engañemos, no es otra cosa que crear un grupo y un equipo capaz de competir a medio plazo para estar la zona noble. Un conjunto en construcción que se entienda, se solidarice y se comprometa en cada partido. Con mayor o menor vistosidad pero con todo el esfuerzo y empeño del mundo. Y con una estrategia bien definida para cada batalla.

Si hablamos de lo social, también es importante hablar del trabajo colectivo valencianista y de cómo cristalizará en una marcha cívica el fin de semana. Es la importancia de sumar o multiplicar más que la de restar o dividir. Porque, a falta todavía de una hoja de ruta clara  para conseguir el cambio de propiedad y gestión, la manifestación servirá para volver a demostrar que el valencianismo está vivo y que no todo vale a la hora de llevar un club de fútbol.

Sea como fuere, quiero creer y confío en que todo forma parte de un plan. Y es que, ya lo dijo Alonso en DAZN tras el Gran Premio de Turquía: “Hay que esperar unos meses… hay que creer en el plan”.

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