VALÈNCIA. "Tiene importancia porque hay partidos en que el portero te tiene que sostener. Ha habido un par de acciones que ha estado muy bien en las situaciones de aguantar para sacar la pelota y nos ha sostenido para que no hicieran el 2-1 que nos hubiera generado incertidumbre. Es un portero que tiene que seguir creciendo y mejorando, aunque hasta el 80 no había chutado. Ha sido valiente en algunas salidas aéreas que también es importante. Tiene que seguir creciendo que es un portero joven y tiene mucho futuro por delante", comentó Rubén Baraja sobre el trabajo del guardameta en la última victoria sobre el Cádiz.
La proyección de Mamardashvili y su condición como indiscutible en la portería del Valencia CF está fuera de toda de duda desde su irrupción en la élite del fútbol europeo. El georgiano tiró la puerta abajo y pronto se asentó como un activo de presente y futuro para el club de Mestalla. Su gran envergadura es reforzada con unos reflejos felinos que le han llevado a protagonizar grandes paradas como las tres que realizó en el tramo final contra el Cádiz y que propició el posterior elogio de Rubén Baraja.
Sin embargo, el trabajo en Paterna con Mamardashvili siempre comandado por Ochotorena se ha marcado como objetivo mejorar otras condiciones de su juego. Si el año pasado se vio obligado a trabajar su manejo con los pies por la forma de jugar con Gennaro Gattuso, ahora los esfuerzos del cuerpo técnico van focalizados en manejar los tiempos en el juego aéreo.
Pese a su gran estatura, se considera que en las salidas en balones aéreos Mamardashvili todavía no ha desplegado todo su potencial por su juventud y que poco a poco irá ganando en seguridad. Un escenario que Baraja destacó en el duelo contra el Cádiz donde se hizo 'grande' para agarrar dos balones y otorgar seguridad a la línea defensiva. No obstante, el reto pasa por mantener la valentía en esas jugadas y acertar con regularidad. La siguiente parada en San Mamés será una prueba de máximo nivel.
En este sentido, Mamardashvili es uno de los porteros monitorizados por grandes clubes de la Premier League, que ya estuvieron en Mestalla para verlo en directo y comprobar su potencial. Sin embargo, el último tramo de la temporada con el Valencia jugándose la categoría, Mamardashvili acusó la presión al igual que el resto de sus compañeros y estuvo un poco más atenazado, lo que generó que ningún club apostara por pagar los 25 millones de euros que pedía el Valencia CF en el habitual 'efecto dominó' que atañe en el mercado de las porterías.