El problema del Valencia sigue siendo futbolístico. Un equipo plano, sin espíritu y con poca personalidad como se vio en la vulgar segunda parte de Anoeta
VALENCIA. Días duros para el Valencia y para los valencianistas. Ante la Real, otro partido perdido. Y siempre llega tarde. El objetivo principal de la temporada está ahora mismo a 16 puntos. Cuando llegó Gary Neville buscando ese revulsivo, el Valencia era octavo y se encontraba a cinco de la previa de la Champions. Los números no engañan y son evidentes: ahora el Valencia es décimo y los cinco puntos de distancia con la cuarta plaza se han convertido en dieciséis. Ya dijimos que la victoria en Vigo, uno pensaba que era un espejismo. Tal cual. Desde el 1-5 en Balaídos, el Valencia no gana un partido en Liga. Y es mucho tiempo. Demasiado. Los números siguen siendo tan raquíticos como los de Nuno. Números duros. Y decepcionantes. Y futbolísticamente ha mejorado muy poco.
La Real se comportó como un equipo; justo lo que Gary Neville no es capaz de formar de momento. Se intuía el no tener todavía un estilo de juego, porque Neville aunque es un hombre de fútbol, no había dirigido nunca a un equipo como primer espada. Y el idioma y la comunicación ya dijimos el día que firmó que es muy importante. Tres puntos de quince posibles en Liga. Y ha firmado su peor primera vuelta de los últimos dieciocho años. Y el Valencia acumula más partidos perdidos que ganados. Y eso es como un viaje a ninguna parte.
El problema del Valencia sigue siendo futbolístico. Un equipo plano, sin espíritu y con poca personalidad como se vio en la vulgar segunda parte de Anoeta. Es difícil hacer milagros con un equipo justo físicamente, buenos técnicamente pero faltos de carácter. Dentro del campo, no dieron la talla, ni en juego ni en orgullo. A veces, da la sensación de ser un equipo cartón-piedra. Tienen calidad, pero les falta alma. El Valencia no ha sumado más de lo que ha merecido en esta primera vuelta. Y, aunque si coges la calculadora la remontada no es imposible, y se mantiene cierto colchón con las plazas de abajo, el enfermo ofrece síntomas para la alarma.
A pesar de que han dejado algunos brotes verdes como el día del Real Madrid, o el resultado de la Copa, siguen cometiendo errores de bulto que le cuestan partidos. La pregunta sin respuesta es cuándo se acabará la sangría. Si nos atenemos a las sensaciones que está dando el equipo, alcanzar la cuarta plaza se convierte en una utopía. Muy pocos piensan que la va a recortar al Villarreal. La brecha se ha abierto muchísimo y se está a años luz en cuanto a juego. La verdad es que escuece en los ojos con sólo mirarlo.
Refleja la distancia abismal a la que se encuentran los dos equipos ahora mismo. Y tirar la temporada en Liga en el mes de enero es muy duro. Pero la sensación que da el equipo es esa. Y basta recordar que a estas alturas del año pasado, el Valencia era quinto, a un punto de la Champions. Es desolador este dato. Nuno era parte del problema, pero la plantilla tiene que sumar ya en Liga. El efecto Neville es que todo al final son empates y derrotas. No suman puntos.
El caso es que los defectos de la plantilla no se han corregido. No se ha mejorado ni complementado esta plantilla, es así. El Valencia no crece y aún se sigue buscando, pero aún no se ha encontrado. La situación es muy preocupante. 23 puntos de 57 posibles no son cifras dignas de un club grande. O se ponen las pilas ya, o le volverán a pintar la cara. Y ahora hace falta más que nunca tener la cabeza fría para no hacer la bola aún más grande.
Considero que el Valencia tendría que reforzarse en este mercado de invierno. Tendría que fichar. Porque hay jugadores que no están para la batalla. Cuando se hacen las cosas bien, la probabilidad de éxito resulta mucho más alta. Y la política de fichajes ha sido realmente errónea. Y también hay distintos niveles de exigencia y eso quema al más templado de los toreros; al que le falta capote, lo achicharra.
Y los que quedan, si al final no vienen fichajes, son los que tienen que sacar la situación adelante. La realidad es que los números siguen desnudando al Valencia. Y mucho tiene que mejorar porque el objetivo principal de la temporada está a 16 puntos. Y si no se consigue será un fracaso en toda regla. De momento, eso sí, ya tiene nuevo Director Deportivo. Ya era hora y hacía falta. Es como Dios manda en un equipo grande.