VALÈNCIA. 10 de marzo de 2020, Valencia CF - Atalanta, hace un mes del último encuentro de los de Albert Celades antes de la suspensión temporal de lo que queda de calendario.
Un partido que no tuvo que disputarse en el estadio de Mestalla, con el Covid-19 ya en plena expansión en Europa y que dejó consecuencias.
La primera fue sobre el terreno de juego, con infectados en ambos equipos, sobre todo en el Valencia CF, que alcanzó un 35% de positivos entre futbolistas, cuerpo técnico, médicos... algo que podría haberse evitado con una reacción más rápida del mundo del fútbol.
Un mes y lo que queda. De momento el fútbol no tiene fecha de regreso, el calendario sigue sin ponerse y los clubes están teniendo que hacer frente a diversos problemas que siguen sin tener solución.
Los sueldos de los futbolistas, ERTE, contratos hasta junio... los 'cabos sueltos' de este parón forzado son muchos y tienen difícil respuesta por parte de los clubes, LaLiga, AFE, RFEF o FIFA.
El objetivo de la mayoría de clubes y organismos es acabar la temporada para no ver mermados los presupuestos, aunque sea a puerta cerrada.
El Valencia CF debería alcanzar los puestos Champions en las once jornadas que quedaban por disputarse, ya que, ahora mismo los de Celades están fuera de cualquier competición europea.
Las televisiones "no son bancos" como ellas mismas han manifestado y no pagarán por un fútbol que no se juegue. Dinero contra salud, ahí radica el conflicto.