VALÈNCIA. Partido intrascendente el que se vio el sábado en Mestalla donde el Valencia logró la segunda victoria liguera en este 2022 y consiguió junto a la derrota de Osasuna acabar la liga regular en novena posición muy lejos de los puestos europeos. Concretamente, a diez puntos de la Conference League, 14 de Europa League y a más de 20 de la Champions. Solo cuatro victorias en la segunda vuelta para un total de 20 puntos. Lejos de los 28 de la primera vuelta dejando que ha ido de más a menos sin poder competir contra los equipos que han quedado por delante. De los 16 partidos disputados contra los equipos que le preceden en la clasificación, solo una victoria la conseguida contra el Villarreal en Mestalla, seis empates -cuatros de ellos contra los equipos vascos y dos contra Sevilla y Atlético en Mestalla- y nueve derrotas. Números muy pobres para llegar con aspiraciones europeas a las últimas jornadas.
No ha habido equilibrio defensa-ataque en todo el campeonato. Cuando has mejorado los números defensivos de 42 goles en 25 jornadas por los 11 goles en las restantes, has empeorado las prestaciones ofensivas haciendo 31 goles en la primera vuelta y 17 en la segunda.
Bordalás ha intentado cambiar constantemente su sistema buscando continuas mejoras en el rendimiento del equipo y ha conseguido que se muestra más solvente con cinco defensas y alternando 3 o 4 en el centro del campo y 1 o 2 puntas cambiando su habitual sistema de 1-4-4-2 con el que habitualmente juegan los equipos a los que dirige con presión en bloque alto para robar en campo contrario y hacer finalizaciones rápidas. Es decir, dominando la mayoría de segundas jugadas, siendo vencedor en la mayoría de duelos individuales y jugando ataque directo para buscar rechaces. Desgraciadamente creo que no tenía jugadores adecuados para todo ello aunque es cierto que en las primeras jornadas funcionó a la perfección haciendo 10 puntos de 12 posibles con 9 goles a favor y 2 en contra.
Además, me ha gustado la polivalencia del míster durante todo el campeonato buscando la continua mejora de sus futbolistas. Según mi punto de vista, una una de las mejores virtudes de Bordalás es sacar el máximo rendimiento de sus jugadores y hacerles cada día mejores y salvo casos concretos (Maxi, Marcos André, Racic o Koba) lo ha conseguido con la mayoría de ellos. Ha imprimido un carácter y un gen competitivo que se había perdido en los dos últimos años y si la temporada que viene le traen los jugadores que él ha pedido conseguirá que el club vuelva a copar las primera posiciones en la tabla clasificatoria. En el aspecto negativo de su gestión, lo único reprochable que he visto en la competición al margen de algún error en los controles de partido -algo normal en todos los entrenadores porque nadie es perfecto y todos nos equivocamos- ha sido la falta de autocrítica en algunas ruedas de prensa. Por lo demás, creo que el entrenador adecuado para comandar deportivamente la nave valencianista en la temporada 2022-2023.
Por otra parte, el partido que se jugó en el asfalto fue una victoria holgada y arrolladora del valencianismo contra Meriton Holdings. Dejándole claro a la propiedad su descontento por los continuos despropósitos deportivos a los que está sometiendo al equipo desde su llegada. Solo tres participaciones en Champions y más años fuera que dentro de Europa, sus incumplimientos en sus promesas a su llegada y sobre todo hacer cada vez más mediocre al equipo deportivamente y eso no se perdona en una ciudad y un club de la grandeza del Valencia CF.
La avenida de Suecia fue un clamor y le dijo claramente a Peter Lim que lo mejor que puede hacer si no quiere invertir en el club es que venda y se marche. Y a Anil Murthy le dejó bien claro que los actos que ha ido cometiendo en contra de la afición son imperdonable y está considerado 'persona non grata' dentro de una afición indignada con la manera de proceder del mandatario singapurense. Con todo esto, ahora la decisión está en manos del propietario y lo que haga a partir de ahora va a marcar el futuro del Valencia CF que se presenta incierto con muchas decisiones que tomar tanto deportivas como institucionales.