El conjunto de Mestalla volvió a los errores del pasado, se desconectó del partido y 'regaló' ocasiones constantes a su rival. El desacierto del Getafe permitió sumar un punto que no sirve de nada
VALENCIA. El Valencia volvió a mostrar su cara de toda la temporada y no fue capaz de obtener el triunfo en su visita a un Getafe que se jugaba la vida. El equipo de Ayestarán ‘olvidó’ la imagen dada en las últimas jornadas de la mano del técnico vasco y volvió a recordar lo que ha mostrado durante toda la campaña y que ha dejado al club de Mestalla lejos de sus objetivos.
Ayestarán siguió manteniendo el bloque de las últimas jornadas introduciendo únicamente dos variantes. Dejó en el banquillo a Cancelo, que fue el mejor ante el Eibar para dar entrada a Barragán que regresaba tras la sanción y sentó también a Santi Mina para dar entrada a Enzo Pérez y reforzar el centro del campo.
El equipo empezó con mucha intensidad y a los treinta segundos llegó el primer aviso con un robo de Rodrigo que asistió a Alcácer que remató flojo a las manos de Guaita. Este aviso fue un total espejismo porque el Valencia no se volvió a acercar al área azulona, pese a que mantuvo el control del juego.
Un control que fue totalmente estéril durante gran parte del primer acto puesto que pese a tener la posesión no existía profundidad ni velocidad en los jugadores. El Getafe, por su parte, se sacudió el dominio valencianista y empezó a llegar con peligro. Primero avisó con un trallazo al larguero de Pedro León y después con un fallo inexplicable de Álvaro Vázquez, que mandó un balón al lateral de la red cuando era más fácil marcar.
Así pues la primera parte terminó en empate a cero, con el Valencia con el dominio del balón y con el Getafe, consciente de la importancia del partido poniendo las ocasiones de peligro. Ayestarán movió el banquillo al descanso y dio entrada a Santi Mina y Cancelo, en lugar de Enzo Pérez y de Barragán, y el partido cambió radicalmente.
No podía pintar mejor el encuentro para los valencianistas cuando en el minuto tres del segundo acto Parejo mandó una falta teledirigida a la red. El madrileño no perdonó a su ex equipo en un libre directo y marcó su cuarto gol de falta directa en la Liga. El Valencia se adelantaba en el marcador pero esto hizo desaparecer a los de Ayestarán.
El Valencia olvidó su cara de los últimos partidos y se convirtió en el equipo que ha venido dando una imagen lamentable durante gran parte de la temporada y empezó a regalar jugadas claras a su rival. Primero fue a Pedro León, que desaprovechó el regalo de la zaga valencianista para mandar el balón a las nubes a dos metros de la portería.
Tras esto el Geta no se rindió y acabó empatando en una jugada embarullada en el área que al final remachó Medrán a la red con la ayuda de Diego Alves, que no estuvo afortunad para atajar la pelota. El equipo de Esnaider obtenía su premio pero los regalos valencianistas no terminaron.
Pocos minutos después fue Abdennour quien volvió a cometer un error garrafal, al no despejar un balón largo y permitir que Scepovic, recién incorporado, le robara la cartera y encarara a Diego Alves con todo el tiempo del mundo para pensar y definir de la mejor manera posible. No falló y llevó la locura al Coliseum que soñaba con la salvación.
Pero cuando el partido parecía terminado, con un Valencia inoperante y un Getafe crecido, apareció Álvaro Negredo para amargar la existencia a los azulones. El vallecano robó el balón a Sarabia, dribló a su par y asistió a Paco Alcácer que no falló dentro del área en uno de los pocos balones que tocó durante el choque. El valenciano suma un nuevo tanto tras el hat trick ante el Eibar.
Todavía quedó tiempo para que en la última jugada del partido el Getafe perdonara nuevamente la vida al Valencia puesto que Yoda envió un balón fuera cuando era más fácil marcar. El Valencia se deja dos puntos en su visita a Getafe y tras la victoria del Sevilla, el milagro de alcanzar la séptima plaza se ha esfumado en una semana.