El VCF de Neville entra en la UVI 

VALENCIA. Once jornadas sin ganar en Liga, ocho con Neville como técnico, y perdiendo en Mestalla ante el penúltimo de la tabla son argumentos más que serios como para pensar que el equipo valencianista tendrá que luchar las próximas semanas por eludir el descenso de categoría. Algo que en el club ya pensaban antes de jugar contra el Sporting, pero que tras caer ante los asturianos todavía se acrecenta más si cabe como el objetivo real del equipo en Liga. 

Hablar hoy del desastre deportivo que es el Valencia CF es baladí al lado de la situación que vive el equipo en la Liga. La planificación deportiva de verano está siendo un lastre demasiado pesado que de momento no se ha sabido corregir en este mercado de enero. Sin embargo, con lo que hay debería dar para estar mucho más arriba en la clasificación. 

Ante los asturianos el equipo de Gary Neville jugó el mejor partido desde que el inglés es entrenador valencianista. En la primera parte hasta el mintuo 25 el dominio fue total y las ocasiones fueron claras y suficientes como para haber encarrilado el partido e incluso haberlo matado. Pero Negredo volvió a fallar. Y Piatti, y Feghouli. Todos fallaron ocasiones claras en el primer tiempo, pero las del vallecano fueron las más evidentes. Una al principio del partido y otra cuando agonizaba el primer acto. En ninguna logró superar a Cuellar. 

El Sporting se estiró pasada la media hora de juego pero no logró asustar en ningún momento a Ryan. Abdennour sigue en su línea ascendente y Mustafi mejoró respecto a sus últimas actuaciones. Sin embargo, al equipo le sigue faltando fútbol. Mucho fútbol. Ni sin Parejo, ni con Parejo se juega al fútbol como debería hacerlo un club con los objetivos del valencianista. Enzo Pérez es un jugador que da equilibrio y pelea mucho, no vale ni de lejos lo que costó pero da fuerza al centro del campo. André está perdido. Lleva semanas sin mostrar su calidad y totalmente peleado con el balón. Está al nivel del equipo. 

Después del descanso llegó el enésimo error de intensidad. Barragán defendió como acostumbra, mal, con la mirada y dejó que Sanabria se metiera en el área donde le atropelló un Danilo Barbosa cada día con más cara de Filipe Augusto. El brasileño ha involucionado y sus prestaciones cada día son más pobres. Su juventud le está arrugando y todo lo bueno que apuntaba ha desaparecido en el último mes. El paraguayo transformó el claro penalti engañando a Ryan y poniendo el nudo en la garganta de Mestalla. Pese a las ocasiones marradas y al escaso peligro llevado por los rojiblancos, al inicio de la segunda parte mandaba en el electrónico el Sporting del mítico Abelardo. 

Neville movió el banco. Dio entrada a Parejo y Bakkali y sentó a Piatti y Danilo. El belga, como siempre, le dio frescura y profundidad a la banda. El chico pide ser titular, porque es el mejor extremo izquierdo del equipo con diferencia abismal sobre el resto. El Valencia CF se volcó tras encajar el tanto en busca de la remontada. Lo hizo con rabia pero con poco arte balompédico. Lo hizo sin muchas ideas y aún así encontró muchas opciones de gol. Las más claras las tuvo Negredo. Su nombre define el proyecto de Lim. Un Ferrari reluciente pero al que ha gripado el motor. 

El madrileño lo intenta, le pone voluntad, pero está negado y lejos de su mejor forma. Los tres goles que falló en la segunda parte, cinco en todo el partido, no son normales en un jugador de su talla. Ni estando fuera de forma un 'killer' como él perdona tanto cara a portería. Un remate de cabeza al palo, un mano a mano con Cuellar y un balón para reventar a portería vacía fueron la imagen del partido. Mestalla se desesperó. No daba crédito. Por los goles fallados, por que los falló todos el mismo y porque el Sporting se llevó el partido. 

Al finalizar el encuentro el respetable expresó su hartazgo por la situación. Recriminó a los futbolistas y les señaló. Ahora, llega la Copa que volverá a distraer la atención de una Liga en la que el Valencia CF aspiraba a mejorar lo que hizo y la temporada anterior y va camino de luchar por no descender como los clubes que fichan a coste cero. Eso sí, con la gran diferencia de que el los de Mestalla han invertido como un grande de Europa en fichajes. Ahí, sólo ahí, radica el drama.