VALÈNCIA. La continuidad de Javier Calleja en el banquillo a pesar de las dudas generadas por el equipo en los últimos días alarga el proyecto del Villarreal, que en los últimos tiempos ha confiado la dirección del primer equipo a gente formada o con experiencia en el club.
Ese ha sido uno de los objetivos de los dirigentes de la entidad desde hace algún tiempo y la filosofía de apostar por la cantera y la fortaleza de las categorías inferiores se mantiene. Aunque en materia deportiva del primer equipo el Villarreal, en la actual temporada, no ha rendido hasta el momento a la altura de lo esperado.
Prueba de ello es que el equipo, en los diez partidos ya disputados, ha estado marcado por la irregularidad, pues no ha ganado en casa, tiene mejores registros a domicilio que ante su público y solo la victoria por 0-3 en Liga en San Mamés ante el Athletic de Bilbao ha supuesto una alegría para su afición.
Tres derrotas en Liga en La Cerámica en cuatro partidos más un 0-0 ante el Valencia y los siete goles recibidos en los tres últimos encuentros disputados son otros signos de la mala dinámica del equipo.
A pesar de ese contexto, la continuidad de Calleja refuerza la idea de dejar el proyecto en manos de un técnico de la casa. Con anterioridad, el club depositó su confianza en otros hombres con un perfil similar como Juan Carlos Garrido y Julio Velázquez.
El primero llegó al club para sustituir a Ernesto Valverde y se mantuvo en la entidad casi dos años con un total de 72 partidos oficiales, hasta su destitución en la campaña 2011-12.
En el caso de Julio Velázquez, el técnico llegó al equipo tras el descenso a Segunda División y fue destituido poco antes de acabar la primera vuelta de la temporada.
Tras dos intentos fallidos, Calleja intenta hacer bueno el tercero. Ahora, después de un buen primer año y de haber alcanzado el objetivo de disputar la Liga Europa, el técnico madrileño no ha logrado que el equipo arranque de forma competitiva.
Por ello, la permanencia de Calleja al frente del equipo para poder superar esta situación de crisis supondría el mantenimiento de su filosofía por parte de los directivos del club castellonense.