A los castellonenses les quedan unos veinte días para dar comienzo la competición en su primera jornada liguera, periodo en el que apurarán su puesta a punto
VALÈNCIA. El Villarreal CF cerró ayer sábado su estancia en Navata (Girona), tras una semana de trabajo en tierras catalanas y tres partidos de pretemporada, y regresó a Vila-real para centrar la segunda parte de su pretemporada trabajando en su Ciudad Deportiva.
A los castellonenses les quedan unos veinte días para dar comienzo la competición en su primera jornada liguera, periodo en el que apurarán su puesta a punto.
Para ello disputaran cuatro partidos más de pretemporada, que les enfrentará al Angers SCO francés, al Wolverhampton inglés, al Zaragoza y al Werder Bremen alemán.
Esta segunda parte de la pretemporada servirá para conocer el estado de algunos jugadores de peso de la plantilla que siguen fuera del equipo por lesión, así como el futuro de algunos jugadores que puedan salir del club en formas de traspaso.
En el capítulo de lesionados, es vital ver la evolución de jugadores como Bruno Soriano y Manu Trigueros, destacando el caso del capitán que sigue sin trabajar con el equipo y al que no se le ve en el terreno de juego tras perderse íntegramente la pasada temporada.
En el caso de Manu Trigueros, era conocido que el jugador no podría arrancar el arranque del campeonato, aunque se espera que pueda empezar a entrar en dinámica del grupo en estas próximas semanas.
Además, en estos próximos días, deben volver a la disciplina del grupo los centrocampistas Roberto Soriano y Denis Cheryshev, el primero con un permiso especial y el segundo se incorporará tras sus vacaciones. Ambos jugadores parecen tener opciones de salir del club, aunque habrá que ver qué ofertas llegan y si es factible un traspaso.
Por último, en esta última parte de pretemporada el técnico deberá decidir que hacer con los jóvenes valores que vienen trabajando con el primer equipo, ya que la mayoría debe regresar al equipo filial o en su defecto salir a un club de superior categoría.