VILA-REAL. El Athletic Club se impuso al Mallorca en La Cartuja y alzó al cielo de Sevilla su vigesimocuarta Copa del Rey. Aguirrezabala y Berenguer se vistieron de héroes para desequilibrar en la tanda de penaltis una disputadísima final.
El título conquistado por los de Ernesto Valverde se ha celebrado casi más en Vila-real que en la propia ciudad de Bilbao. Y es que el Submarino dependía del conjunto vasco para seguir con opciones de clasificarse para la próxima Conference League, pues el Mallorca, de haber ganado el encuentro, se habría adjudicado una de las plazas que da derecho a disputar la Europa League.
Es por ello que desde el club amarillo deseaban a toda costa la victoria del Athletic. La sexta plaza (que hubiera dado acceso a la tercera competición continental en caso de triunfo bermellón) ostentada por la Real Sociedad está demasiado lejos. Once puntos separan a txuri-urdines y amarillos a día de hoy. Y pensar en una escalada tal a falta de ocho jornadas para la conclusión del campeonato liguero era una auténtica quimera.
El sueño europeo del Villarreal coge más fuerza que nunca tras la final. Seis puntos separan a los de Marcelino de una séptima posición que el Valencia defenderá como gato panza arriba. Betis, Getafe, Las Palmas y Osasuna también lucharan por ella. Aunque a ver quién es el guapo que corta las alas a un Submarino que viene de coquetear con el descenso.