ALICANTE. El Hércules amplió contrato a César Moreno (consensuó con él unas nuevas condiciones) hace unas semanas, pasando la vinculación con el cartagenero a expirar en junio de 2027 y a incrementarse su remuneración (eran unos 30.000 euros anuales) y cláusula de rescisión (ascendía a 3.000.000 euros).
Desde el club del Rico Pérez justificaron el movimiento "en la confianza la progresión del futbolista", pero es evidente que había y hay algo más: el interés de terceros en hacerse con sus servicios.
El pasado verano, el Hércules se remitía a la cláusula de rescisión cuando los clubes (varios de LaLiga Santander) pedían precio por Moreno. Todos consideraron fuera de mercado los 3 millones de euros que exigía la entidad blanquiazul (empezando por el Rayo Vallecano de Raúl Martín-Presa, con el que tan buena relación guarda Enrique Ortiz), pero hay dos que le plantearon alternativas consistentes en el pago de una suma sensiblemente inferior, entre 200.000 y 300.000 euros, a cambio de hacerse con entre un 70 y un 80 por ciento de los derechos económicos del jugador, de tal forma que el Hércules se reservaba un buen pellizco de un futuro traspaso, que bien podía equivaler (el pellizco) a precisamente los 3.000.000 euros que pedía inicialmente.
El club del Rico Pérez, sin embargo, se mantuvo inflexible y, no contento con eso, ahora ha ampliado todos los conceptos del vínculo contractual que les unía, empezando por la cláusula de rescisión... como si lo anterior hiciera a ojos de terceros más atractiva la suma de 3.000.000 euros (la cláusula de rescisión es superior) que pedía. Se trata además de un movimiento cuyo hipotético efecto tiene caducidad, pues la temporada 2023/24 será la última campaña en la que César Moreno cuente con licencia sub-23, un facto que incide en su valoración, no tanto como su rendimiento pero sí como el hecho de competir en Segunda Federación.