ALICANTE (EFE). El entrenador del Hércules, Lolo Escobar, afirmó este viernes, en rueda de prensa, que el objetivo que se marcó cuando decidió aceptar la oferta del equipo alicantino el pasado mes de diciembre era llegar a los últimos diez partidos del campeonato con opciones de disputar la promoción de ascenso.
"El equipo está ahí, con opciones. Ese era el objetivo cuando llegué y la situación era jodida", comentó el preparador extremeño, cuyo equipo es octavo, aunque a un solo punto de los puestos que dan opción a pelear por el ascenso.
Escobar lamentó las numerosas bajas por lesión y sanción con las que afrontará el Hércules la visita a la Peña Deportiva, si bien matizó que es una oportunidad para que aprovechen su oportunidad los futbolistas que menos han jugado.
"Tendremos que afrontar el partido con una primera línea que no ha jugado nunca junta, pero hemos trabajado toda la semana con ella y espero que dé un nivel alto ante un rival muy exigente", comentó sobre las ausencias en defensa.
El entrenador aseguró que el Hércules le transmitió buenas sensaciones a pesar de la última derrota y elogió al próximo rival, del que comentó que “juega buen bien y para nada con juego directo o segunda jugada".
"Lo único es el césped sintético y que el campo no es muy grande", dijo Escobar, quien restó importancia al dato de que el Hércules haya perdido ante los rivales directos "porque se ha competido y nadie nos ha pasado por encima".
En cuanto a los próximos partidos, Escobar insistió en que se entra en la "zona de la verdad" y defendió que los tres puntos ante los colistas tienen el mismo valor que los sumados ante los rivales directos.
Por último, el entrenador calificó como "poco profesional" el comportamiento de su jugador Christian Cedrés, suspendido con cinco partidos por insultar al árbitro una vez acabado el encuentro ante el Mestalla.
"La sanción está en manos del club y verá qué hace con él", dijo Escobar, quien lamentó que el Hércules lleve tantas rojas directas, sobre todo en Alicante, pese a no ser un equipo agresivo.
"El entorno, el estadio… No quieren (los árbitros) que les pueda la presión y toman decisiones contra el equipo de casa", concluyó.