VALÈNCIA. El entrenador del Elche, Fran Escribá, afirmó este martes que sus jugadores deben vivir y sentir como una final el encuentro que disputará su equipo mañana ante el Real Valladolid, vital para la lucha por la permanencia en la categoría.
“No quiero que pensemos que quedan siete partidos, sino en siete ligas de un partido”, dijo el preparador valenciano, quien admitió, sin embargo, que pase lo que pase con el resultado “habrá que seguir jugando”.
Escribá definió al Valladolid como un equipo “muy honesto y disciplinado” y alertó de que afrontará el encuentro dispuesto “a darlo todo” porque es consciente de la importancia de los puntos.
“Veo un partido igualado y difícil, pero si rendimos como en los últimos partidos en casa tendremos muchas opciones”, comentó el valenciano, quien justificó la titularidad de la pasada jornada del argentino Paolo Gazzaniga en perjuicio de Edgar Badía “por una cuestión de gestión de grupo”.
“Cambiar un portero llama más la atención, pero Gazzaniga es un gran portero con trayectoria detrás”, explicó el técnico, quien aseguró que la suplencia de Badía no fue como consecuencia de que esté “descontento o por un error”.
Escribá indicó que el Elche, pese a las dos últimas derrotas, se siente “fuerte” y confió en que a sus jugadores no les atenace la responsabilidad del partido.
“Puede haber nerviosismo, pero no pesimismo. Este grupo es optimista y no estamos muertos. Y lo vamos a demostrar. Si al final morimos, nos van a tener que matar”, apostilló el entrenador.
El técnico confesó que le hubiera gustado poder contar con el apoyo de la afición del Elche en los partidos decisivos en los que se juega la permanencia, ya que en su opinión su equipo “es de los que más pierde” sin apoyo en las gradas.
“En Elche vivimos mucho el fútbol dentro y fuera. Por mi experiencia anterior sé que se han sumado puntos gracias al público”, añadió el preparador, quien explicó que no salió satisfecho del partido de Pamplona “porque dimos la sensación de no vivir el partido cómo debíamos haberlo vivido”.