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opinión pd / OPINIÓN

Ese señor del que usted me habla

12/07/2022 - 

VALÈNCIA. Aterrizó Layhoon en Valencia, se entrevistó con los políticos, le sacó a Ribó otro anuncio público de acuerdo por el Nou Mestalla, dio un mitin en la sala de prensa, y se fue.

Lo del viernes en la sala de prensa de Mestalla no sé yo si tildarlo de rueda de prensa. Primero porque avisaron de que tenían como máximo una hora y la enviada de Meriton se cascó 40 minutos de monólogo, así que poco margen de maniobra tuvieron aquellos que quisieron preguntar. Y segundo porque cuando uno va con un discurso prefabricado y obvia los asuntos claves, podríamos hablar de propaganda, pero difícilmente de rueda de prensa.

Eso sí, Layhoon vino a demostrar porqué es la mano derecha de Peter Lim. Educada en las formas pero con el mismo fondo que la empresa para la que trabaja ha exhibido desde que llegaron a Valencia. Le faltó tiempo para restregarnos lo pobretones que somos y el dinero que han invertido en el club. Se le olvidaron tres detalles a ese respecto: cómo lo han invertido, cuánto han perdido, y cuánto han ganado de manera directa o indirecta desde que están aquí Meriton y Peter Lim (no hago al singapurense tan tonto como para mantener un negocio que acumula cada año pérdidas millonarias).

Vino a exigir (con buenas palabras, pero a exigir) que cesaran las críticas por todo el dinero que ser han dejado aquí (no dista mucho en el fondo -sí en la forma- del día en el que Murthy mandó callar a Mestalla), y recordó lo comprometidos que están con el proyecto. El resumen de su compromiso, más allá del día en que Lim declaró en el Financial Times "Es algo en lo que soy bueno (los negocios). Luego, me despierto y soy dueño de un club de fútbol, pero no sé nada más", se plasma en una frase lapidaria "Meriton se compromete a acabar el estadio con el préstamo de CVC y la financiación de terceros" ¿Y ellos? ¿Si están tan comprometidos, cuánto ponen? Como muestra de compromiso coincidiremos en señalar, que es al menos "cuestionable".

Pero el gran agujero de guion sin duda alguna fue cuando llegó el momento de hablar de su gestión y el hartazgo que la misma produce en Valencia. Primero porque Layhoon lo centra todo en la persona de Murthy a raíz de los audios que en su día dieron a conocer los compañeros de Murthy. Olvida -deliberadamente- la mano derecha de Lim, que las dos manifestaciones que sacaron más de 25.000 personas a pedirles su marcha en dos convocatorias, fueron bastante antes de que el ex presidente fuera pescado. Es más esos audios no revelaron nada, simplemente lo confirmaron todo. Olvida también Layhoon el día en que dos empleados del club tuvieron que ayudarla en su época presidencial a bajar las escaleras que conducían desde su butaca al interior del palco VIP tras una pitada de Mestalla porque de la impresión se bloqueó y le temblaron las piernas (de cuando Mestalla aún apretaba) tras un papelón en Copa ante el Celta en enero de 2017.

Y sobre todo, Layhoon volvió a mutar en Lay Fum cuando vino a emular a Dolores de Cospedal al negar a Murthy. Le faltó referirse a él con un "ese señor del que usted me habla". La táctica en Meriton (acostumbrados al ordeno y mando) es siempre la misma: te cuentan la milonga porque su superioridad moral les hace tomarnos por tontos, y si respondes demostrando que no te tragas el cuento que te acaban de endilgar, entonces te llaman desagradecido, maleducado o dicen que les faltas al respeto.

Dijeron que se distanciaban de Murthy las veces que estimaron oportuno, y "olvidaron" un pequeño detalle: Murthy no se hizo de manera furtiva con una copia de las llaves del club, no se coló un día en el despacho de presidente de las oficinas y no falsificó su nombramiento. A Murthy lo nombró y le dio todo el poder Peter Lim, además de mantenerlo durante 5 interminables años en el cargo. La respuesta de Layhoon de porqué no hicieron nada para relevarlo del cargo hubiese sido hilarante, si no fuera porque me molesta sobremanera que me tomen por gilipuertas: "No estoy en el consejo y no tengo información sobre su etapa". Además de que no saber nada es una curiosa manera de estar tan comprometidos como dicen que están, lo absurdo de la situación se asemeja al diálogo del clásico de Billy Wider "Uno, dos, tres!". Cuando el ejecutivo norteamericano de cierta bebida refrescante que se hacía cargo de la gestión de su planta en Berlín en plena guerra fría le pregunta a su nativo asistente qué hizo durante la guerra (lo hace dada la molesta costumbre del asistente de cuadrarse y cocar los tacones de sus zapatos al recibir una orden, ya que esa era una reminiscencia de la instrucción que recibieron aquellos que militaron en la Gestapo), el asistente que huye de ser vinculado con el nazismo le espeta que simplemente fue conductor de metro. El ejecutivo con sorna le replica: "Y desde luego usted siempre fue anti nazi y nunca oyó hablar de Adolf...". A lo que el asistente contesta "¿Qué Adolf, señor? Allá abajo no me enteré de lo que ocurría arriba. Nunca nadie me dijo nada...".

PD: ¿Les parece igual de sospechoso que a un servidor que en poco más de una hora de comparecencia Layhoon -quien en su día pronunció la frase "yo soy Peter Lim"-, no pronunciara el nombre del patrón ni una sola vez?

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