VALÈNCIA. Hará ya tres meses desde del último encuentro de liga. Entre partido y partido, en medio: confinamiento, pandemia, entrenamientos (o ejercicio o lo que sea) sin salir de casa primero y después con restricciones inhabituales. Incertidumbre. Quizás ¿miedo? al contagio o a enfrentarse a una situación muy atípica.
Y después o mientras de todo eso, se retomará una temporada donde ya hay poco margen de error. Sin público. Con restricciones. Con encuentros cada pocos días en unas fechas donde normalmente ya no hay temporada. Calor. Situaciones nuevas. Poco tiempo para reaccionar entre partido y partido. 5 cambios.
¿Cómo le afecta al futbolista todo eso?
Hace poco leí en un medio de comunicación que algún club había hecho pruebas psicológicas (otro decía psíquicas) a sus futbolistas junto a las propias del COVID y otros análisis de sangre. Independientemente de que es necesario, si se realizan pruebas psicológicas, analizar bien estos resultados por un/a psicólogo/a competente y combinando diferentes elementos de estudio, es cierto que cada vez más se tienen en cuenta los aspectos psicológicos (o mentales, es lo mismo) buscando el máximo rendimiento de los futbolistas, del equipo.
Y ahora, ante esta nueva situación de reinicio de liga, seguramente los futbolistas y el equipo, que mejor funcionamiento psicológico dispongan, parten con una gran ventaja respecto a sus rivales que no manejen bien estos aspectos.
Un futbolista rinde a su mejor nivel cuando se autorregula buscando su estado óptimo de funcionamiento, confía en cuáles son sus recursos para dar su máximo, se siente seguro en el entorno en que se mueve, se centra en aquello que es realmente relevante, está en la línea del trabajo y objetivos del equipo y, en definitiva, sabe que va a dar su máximo cuando compita.
Y llegar a ese estado, sobre todo cuando existen muchas circunstancias atípicas, requiere de un “esfuerzo extra” al tener que readaptarse a nuevas situaciones.
Dotar de recursos a los futbolistas para que, aún sin público, puedan manejar los estímulos de manera que encuentren su estado óptimo de funcionamiento; gestionar bien la incertidumbre de manera que se convierta en seguridad y lucha por lograr el máximo con cabeza; recuperarse adecuadamente manejando la carga psicológica de esta competición atípica… son algunos aspectos que se convierten en fundamentales para el logro de los objetivos deportivos. Porque al final, en el campo juegan, salvo expulsiones, “once contra once” y cómo actúen esos futbolistas en cada partido, determinará el resultado final de esta temporada tan atípica.
Cada futbolista, cada persona, es diferente. Por ello es necesario facilitar los medios para que esos jugadores que forman parte del equipo funcionen bien. También desde el punto de vista mental o psicológico.
Veremos cómo manejan estos aspectos los diferentes equipos a lo largo de este esperado mes y medio de competición. Sin duda, un nuevo aliciente para los que nos encanta este gran deporte para esta temporada tan atípica. Vorem.
David Peris Delcampo
@dperisd
Psicólogo Experto en Psicología del Deporte · Entrenador Nacional de Fútbol y de Fútbol Sala. Presidente de la Associació de Psicologia de l’Esport de la Comunitat Valenciana (APECVA) · Vicepresidente de la Federación Española de Psicología del Deporte