opinión

Factor proyecto

Por primera vez desde hace unos cuantos años el Valencia tiene unos metros de ventaja en la lucha por los fichajes frente a prójimos de un mismo nivel. Ya no hay que contarlo, basta con verlo. Que no lo estropeen otros...

22/03/2018 - 

VALÈNCIA. El exjugador del Jumilla Evans Kondogbia, hermano y consejero, explicaba hace unas semanas a Gianluca Di Marzio (¿Gianluca Di Marzio existe?) la psique del otro Kondogbia, razonando sus motivos para querer quedarse: “En Valencia es feliz, está bien, se encuentra incluso mejor. Ha encontrado una bonita casa, su familia es feliz, por eso me ha pedido que le complazca. No más Inter, su prioridad es el Valencia."

Las razones laborales del hombre francés que quería ser boxeador (Kondogbia juega al fútbol en combate permanente, mariposa y también avispa) explican a las claras cuál es la principal ventaja competitiva del Valencia en el mercado de verano ya en marcha: el factor proyecto, la estabilidad, la regeneración de tipos solventes echados a perder en contextos nocivos.

Nosotros, quienes nos creímos que vivíamos en un entorno pretendidamente tóxico con entrenadores y jugadores, despertamos en mitad de una clínica de reinserción en el que los pacientes entran hechos unos zorros y salen al borde de la selección. ‘Alves se fue del Valencia para poder ir convocado con Brasil y resulta que acaba yendo convocado con Brasil su sustituto en el Valencia’, vino a escribir un tuitero brasileño para ilustrar el cambio y la desdicha del humilde meta del Flamengo. 

Poníamos a parir hace un momento a los jugadores que rechazaban al Valencia presuponiéndoles un injustificado apego sentimental. En cambio ahora asoma un motivo por el que decir sí: Alemany y Marcelino (digo Eugenio Botas, digo Longoria, digo Vicente, digo…) tienen argumentos de peso para la seducción. 

Kondogbia, Zaza, Neto, Paulista, Rodrigo, Parejo, Coquelin… Cómo un proyecto que fue verdugo rehabilitó incluso a algunas de sus mejores víctimas. Fantaseo con un Valencia CF (o FC, o lo que sea) capaz de sustentarse  en esos atributos: seriedad deportiva para hacer crecer futbolistas buenos. No sé cuánto durará este ensueño, pero estiremos el tiempo. 

Ante un Valencia en Champions necesitado de dar respuesta competitiva a semanas repletas, el fondo de armario requiere la profundidad de plantilla de la que ahora se carece, el talento doble por puesto que ahora escasea. 

Por primera vez desde hace unos cuantos años el Valencia tiene unos metros de ventaja en la lucha por los fichajes frente a prójimos de un mismo nivel. Ya no hay que contarlo, basta con verlo. Que no lo estropeen otros. 

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