VALÈNCIA. Se tuerce el Valencia de Bordalás. Tras un inicio de temporada, con un juego vertical y frenético, el once del murciélago repite los clichés que lo marcaron a fuego las dos últimas temporadas. La plantilla, que marcaba signos vitales similares a los del 'Marcelinato', con un entrenador de un perfil parecido y decisión en los fichajes, ha caído en picado en las últimas siete jornadas de campeonato. El equipo entró en una evidente crisis de resultados tras el empate ante un rival menor como el Mallorca frente al que se dio un trompazo. La crisis que reflejaban los números, empeorados notablemente tras la morrada en el Villamarín, puede traer aparejada una crisis de identidad si el equipo no sale ileso de la visita del Villarreal de este sábado.
Por eso en la plantilla se han despertado los recuerdos de las sensaciones que acompañaron al equipo las dos últimas temporadas. Hay dos reflexiones significativas, las de Gabriel Paulista tras el empate ante el Mallorca y las de José Luis Gayà después de perder con el Betis. Los jugadores son permeables a los resultados y la racha negativa ya está desgastando el refuerzo de confianza que había inoculado en el grupo la llegada de Pepe Bordalás.
"No podemos contentarnos con tan poco, con este punto, jugando en casa. Tenemos que querer más. Demostrar la ambición de quedar arriba. Yo siempre quiero estar arriba. Vine aquí, fiché por el Valencia porque sé la importancia que tiene este club. Ya llevamos años sin llegar a Europa y este año tenemos que llegar. No podemos fallar", reflexionó Paulista el sábado.
El central destapó en su discurso que en el grupo empiezan a surgir dudas. "Tenemos en la cabeza que no queremos repetir lo que hicimos la temporada pasada, que estuvo muy mal, y claro yo no estoy aquí para repetir lo que hicimos la temporada pasada. Llevamos muchos partidos sin ganar y queda mucho, pero no podemos estar todos los partidos viniendo aquí (a rueda de prensa) diciendo que queda mucho. Yo no quiero quedar entre los 10 primeros, yo quiero jugar Europa y mis compañeros, estoy seguro que también lo quieren", dijo.
Las declaraciones de Gayà, sobre el terreno de juego del Villamarín con los cuatro goles todavía escociéndole, llevaron una línea continuista con el discurso del brasileño. "Venimos de dos años muy difíciles, porque puedes perder un partido, pero no te pueden pasar por encima como ha pasado. Tenemos que hacer autocrítica, porque cuando ya son tantos partidos sin ganar es que algo no está funcionando", comenzó el de Pedreguer que, inmediatamente, echó la vista atrás. "Empezamos bien, siendo sólidos atrás atrás pero estamos dando muchas facilidades atrás. Este es un rival con mucha calidad arriba y hemos cometido errores infantiles. Tenemos la experiencia de la temporada pasada donde también concedimos mucho atrás y este año empezamos de diferente manera pero estamos volviendo a caer en errores de años anteriores. Tenemos que cortarlo porque estamos a tiempo. Tenemos que cambiar esta dinámica ya venimos de dos años muy difíciles y esto no puede seguir así.
Por el camino, Gayà se acordó también de que uno de los defectos que aquejaba al equipo el curso pasado vuelve a repetirse. "Son once jornadas queda mucho pero tenemos que volver a lo que nos ha hecho fuerte a principio de temporada; tenemos que empezar a cerrar la portería nos meten muchos goles y tenemos que cambiarlo".
Los dos capitanes calcan argumentaciones. Dos de los pesos pesados del vestuario se acuerdan del pasado. El equipo necesita dar un volantazo en su camino hacia otra temporada decepcionante y volver al carril por el que circulo a principios de curso. El regreso de Carlos Soler y Thierry Rendall ante el Villarreal ayudará a enderezar el equipo, pero el resto del colectivo tiene que recuperar su mejor versión. La paciencia de Bordalás tiene un límite.