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FUT Champions y el Valencia CF

23/02/2022 - 

VALÈNCIA. Cada vez el Valencia CF se parece más a FUT Champions. ¿A que sí? ¿Qué? ¿Que no sabéis de qué hablo? Pues preguntadle a vuestros hijos, primos pequeños o sobrinos y acabamos antes. Si después de hacerlo seguís sin entender nada, os pongo una breve introducción.  Si aun así no lo entendéis, pasad página. Esto nunca ha existido. Pero, si lo habéis jugado, bienvenidos a unos FUT lloros.

FUT –Fifa Ultimate Team- es el modo de juego online por excelencia en FIFA donde juegas para obtener un rango semanal y así conseguir ciertas recompensas. Subiendo tu nivel puedes hacer mejor equipo porque obtienes más ingresos y premios, con lo que evitas tener que hacer una inyección de dinero “real” por llamarlo de alguna forma y, de paso, creces como equipo. Cada año esto empieza de cero y, salvo la inversión inicial o puntual, vives de tu rendimiento en el juego. Ni qué decir tiene que puedes comprar y vender jugadores. Pero para clasificarte a FUT Champions debes conseguir puntos en tu división de Division Rivals.

Sería algo parecido a lo que pasa en la vida real donde haces una inyección económica inicial y te marcas unos objetivos. Vas jugando y, si los consigues (entrar o pasar rondas en Europa, ganar un título, etc…), incrementas tu valor de club y consigues progresar fichando. A partir de ahí llega la fiesta.

Empiezas ganando, con solvencia, con contundencia y paso firme. Has hecho un nuevo equipo apañado y crees que va a funcionar. Eres feliz. Te colocas en una posición ventajosa hasta el punto de aspirar a batir tu propio récord personal y llegar a cotas más altas de las que te podías imaginar al arrancar. Pero entonces, cuando llevabas un balance de 4 victorias y ninguna derrota, cae la primera. Y luego la segunda, la tercera... Hasta que al final te quedas con lo comido por lo servido al final de la jornada.

Al principio le echas la culpa al juego: “Todos los años igual, menuda basura. El hándicap”. Después, lo paga el mando y la conexión: “es que es una mierda el mando, va con input lag y la conexión a pedales. Así es imposible. Malditos servidores”. Para acabar echando la matraca al rival y la suerte: “Qué suerte, nano. Con lo malo que es, es que menuda coña, de 100 partidos así, gana este solo” o el clásico “menudo niño rata con la pasta y el equipazo que tienes, lo raro es que no ganes”.

Al final te quedas en tierra de nadie, no sabiendo si querer jugar otra vez y con ganas de no encender la consola con ese juego nunca más. Estás enfadado con todo el mundo menos contigo pero, al final, por mucho que te engañes con unas cosas y otras, el resultado lo definen dos cosas: tu capacidad para hacer una buena plantilla y tu forma de jugar.

Pues es justamente lo que le pasa al Valencia CF. El equipo empieza medianamente bien cuando inicia un nuevo año, con –más o menos- buenos resultados y algún tropiezo. Nada importante. Dando la cara y todos felices. Pero siempre pasa algo que acaba enturbiando ese buen arranque y llega la primera derrota. Desde ese momento todo se convierte en un jaleo. Al principio la culpa siempre es de los árbitros: “Ya no está robando Fulano, nos tiene manía”; después a los horarios y a la corrupción de las instituciones: “Este Tebas nos quiere en Segunda y Rubiales va a por nosotros” con un tweet por aquí y otro por allá; y se acaba señalando a la prensa y el entorno: “es que con la de mierda que hay y que publican es imposible hablar del partido, así no pueden jugar tranquilos” o el clásico “Y encima Mestalla ni se queja, ni anima, solo comen pipas. Lo normal es que pase esto”.

Si bien es cierto que todos estos factores pueden alterar de alguna manera el producto final, también es verdad que no nos podemos engañar. Por mucha incidencia que puedan tener de manera colateral todas estas cosas disparando a todos los lados, solo hay una realidad con dos factores que inciden directamente en los resultados: los que hacen la plantilla (Meriton) y los que juegan (los futbolistas y el cuerpo técnico).

De ellos depende nuestra suerte –por llamarlo así-. Podemos matar a todo el mundo e incluso entre nosotros, pero si bien es cierto que puede influir de manera circunstancial, la realidad es que son ellos los que deben responder ante nosotros, ante la gente, ante la afición. Deben hacernos vibrar y retroalimentarnos, y no al revés siempre. Podemos rajar a todo el mundo y echarle la culpa a cualquier cosa que se cruce por delante pero, para bien o para mal, son esos dos estamentos los máximos responsables de los éxitos o las derrotas del club al que representan –que para eso están tan bien remunerados-.

Desde luego no es lo mismo afrontar una temporada FUT habiendo invertido en fichajes que sin hacerlo. La realidad es que yo el año pasado no le metí ni un duro al juego y duré menos de lo que canta un gallo. Me pasaban por todos los lados. Este año, sin embargo, me lo tomé más enserio y acabé metiendo algo más de pasta. Los resultados siguen siendo muy parecidos o ligeramente mejores porque por mucho que fiche, si no ficho bien o lo hago descompensado, la plantilla no queda equilibrada. Y si, además, soy muy limitado jugando pues pasa lo que pasa.

El Valencia CF ha hecho lo mismo. Ha fichado y mantenido jugadores relevantes en un intento de dar un salto y devolver al equipo a la parte alta. Pero la pregunta es ¿ha fichado bien? ¿Está jugando el equipo como toca? ¿Se pretendía este tipo de juego? Creo que la respuesta es “no” rotundo a todo.  

Mi reflexión no es otra que intentar hacer ver que matarnos entre nosotros -o disparar contra todo lo que se mueve- no sirve para mucho más que para hacernos mala sangre. ¿Podemos animar más? Sí ¿Podemos protestar más alto? También. Pero siempre serán los que están dirigiendo y vistiendo la camiseta del Valencia CF los que tienen la obligación de hacernos disfrutar y sentirnos orgullosos. Igual que en Futchampions no podemos igualarnos a Neat, JRA o Andoni –tres de los mejores en España-, aquí a priori tampoco podemos hacerlo con el Real Madrid. No obstante yo no me exijo ganarle a los proplayers –ojalá-, me exijo ganarle al vecino del quinto o al niño francés. Es por ello que el Valencia CF no puede caer en la vida contra el Alavés o conceder puntos contra Cádiz o Mallorca. Es inconcebible por salario y nivel de la plantilla. De esa forma es como caes donde estás ahora.

Para acabar, con FUT pasa lo mismo que con el Valencia CF. El lunes lo quemarías todo; el martes quieres hacer otra cosa pero miras de reojo el de fútbol; el miércoles ya miras si ha salido algún jugador nuevo o hay alguna novedad; el jueves te haces la alineación mental; y el viernes ya juegas o te preparas para la jornada de liga como si nada. Justo como con el Valencia CF. Dicho esto me voy a jugar un rato, que he empezado ganando.

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