VALÈNCIA. Son muchas las decisiones en cuanto a planficiación de plantilla que se han de tomar en el Levante durante los últimos días de mercado. En la rampa de salida y en la de entradas, pero también en torno a futbolistas que ya sudan a las órdenes de Mehdi Nafti, como Giorgi Kochorashvili o Antonio Leal. Centrocampista y zaguero han completado la pretemporada junto a la primera plantilla y aguardan a la decisión de la entidad granota en cuanto a sus figuras. El club ha de decidir si mantenerlos en el primer equipo, bajarlos de vuelta al filial en Tercera RFEF o buscarles una salida. Y cada uno de ellos tiene una situación diferente.
En el caso de Giorgi, el futbolista tiene contrato hasta 2023 con opción a tres temporadas más adicionales. Ha causado buena impresión este verano, ha entrado en diversas listas durante las dos últimas temporadas y será parte del primer equipo. Con el georgiano hay dos opciones: o continuar como granota o salir, en principio como cedido, en busca de minutos. Por su parte, Leal, también con vinculación hasta 2023 desde que firmó procedente del Villarreal, tendrá más dificultades para entrar definitivamente en el cuadro de Nafti una vez concluya el mes, sobre todo si no hay novedades con Mustadi y Vezo en el final de la ventana de transferencias.
Esa es la foto actual, pero ambos jugadores comparten una condición que acota los márgenes del club granota a la hora de decidir sobre ellos: ambos han cumplido ya los 23 años y, a ojos del reglamento general vigente de la Real Federación Española de Fútbol, no pueden alternar entre filial y primer equipo durante la temporada. Según la normativa RFEF, para que un futbolista ascienda a la primera plantilla en un partido concreto debe ser menor a los 23 años, con excepción de los porteros, en cuyo caso la edad límite está marcada en 25 -es, de hecho, lo que sucedió con Dani Cárdenas la temporada pasada, inscrito en La Liga con 'ficha B' y el dorsal '34' a la espalda pese a ser parte de la primera plantilla con todas las de la ley-.
Es más, el reglamento también marca que "el/lafutbolista podrá retornar al club de origen salvo que hubiere sidoalineado/a en el superior en diez encuentros, de manera alterna o sucesiva,en cualesquiera de las competiciones oficiales en que éste participe, seacual fuere el tiempo real que hubiesen actuado". Esto también ocurrió con el portero del Levante y puede pasar, por ejemplo, con Marc Pubill esta temporada. El lateral está llamado a ser pieza importante en la rotación, si no de más relevancia, durante el curso. A pesar de poder mantener una ficha de filial, ya con 19 años cumplidos, si rebasa esos 10 partidos estipulados no podría bajar provisionalmente al Atlético Levante. Pubill, precisamente, sí gozó de esa posibilidad la temporada pasada, en edad de juvenil de último año, cuando jugó los dos últimos encuentros ligueros con el equipo de Chema Sanz para tratar de evitar el descenso. Mientras, el catalán estaba en la dinámica total de Alessio Lisci y, tras haber participado con el filial, cerró el campeonato jugando en Vallecas y registrando 11 participaciones con el primer equipo en la 21/22.
Es decir, con todo, Giorgi y Leal no pueden alternar. Si son inscritos con ficha de filial, habrán de participar en el Atlético Levante con el reglamento RFEF en la mano. Es por eso que tal situación obliga al Levante a decidir sobre ambos. No son los únicos en una tesitura similar: además de la comentada de Pubill, otro caso es el de Pablo Cuñat. Es uno de los grandes metas de las camadas de Buñol, desde que llegó de Barcelona, y podrá ejercer como tercer guardameta. En su caso, con 20 años, sí puede alternar siempre y cuando no dispute 10 citas en la élite, algo que con Femenías y Cárdenas por delante se antoja complicado.