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13 de noviembre / OPINIÓN

Historias del Camilo Cano

2/06/2020 - 

VALÈNCIA. El Camilo Cano fue el escenario del primer ensayo de pretemporada del Levante en el regreso a Primera División. Un 0-5 contra La Nucía, que acababa de ascender a Tercera, y con un nombre propio, el de Álex Alegría, que firmaría un doblete y luego en competición oficial no haría ni un gol. Debutó en el estreno liguero ante el Villarreal y con victoria (1-0). Su trayectoria en Orriols estuvo marcada por esa falta de pegada y por una rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha que sufrió el 9 de noviembre y que le hizo perderse el resto de temporada. Había llegado cedido del Betis, sin opción de compra, ese verano de 2017 en una negociación paralela al traspaso de Víctor Camarasa al conjunto verdiblanco.

Aquel Levante 2017/2018, con Muñiz hasta las últimas once jornadas de Paco López, contó con una nómina extensa de delanteros, condicionada por las lesiones que se acumularon y por la depresión deportiva hasta el relevo en el banquillo que obligó a echar mano del mercado de invierno. Boateng, Roger, Pazzini, Enes Ünal, Álex Alegría, Nano Mesa y Sadiku, además de las reubicaciones puntuales en la punta de ataque de Morales, Ivi López e incluso Samu García. En total, diez futbolistas y 29 goles (cuatro de ellos en Copa del Rey). Una barbaridad de disparos infructuosos. Doce hizo el ‘Comandante’, de los siete tantos de ‘Manolito’, tres fueron en el 5-4 al Barça, mientras que el ‘Pistolero’ se rompió el cruzado dos días después de aquel 0-5 en el Camilo Cano. Reaparecería el 20 de enero de 2018 en Villarreal y además marcando. Una celebración entre lágrimas de emoción porque volvía a sentirse futbolista, pero agridulce al no servir su diana para sumar.  

“Es importante empezar con gol, te sirve para coger confianza”, manifestó Alegría tras sus dos tantos en el que será ahora el escenario de la mudanza. Hizo el 0-2 y el 0-3. En el primero culminó una acción personal de Rubén García y en el segundo mandó a la red un servicio desde la izquierda de Luna. Toño, Bardhi y Chema completaron la ‘manita’. Aquel 20 de julio de 2017, aunque ante un rival de inferior categoría, el de Plasencia dejó la impronta de un atacante que sobre el papel hace del área su principal hábitat. Una buena carta de presentación, pero se quedó en eso, en un espejismo. En total disputó 629 minutos en nueve partidos, ocho de ellos como titular. En la temporada 2018/2019 fue cedido en dos ocasiones por el Betis (Rayo y Sporting) y después de desvincularse de la entidad del Villamarín en junio de 2019 fue el primer fichaje del Mallorca de Primera (firmó por cinco años), pero en enero se marchó a préstamo al Extremadura ya que con Vicente Moreno solamente había completado 107 minutos repartidos en seis encuentros.

La suya fue la primera entrevista que hice para Superdeporte en aquella pretemporada, justo cuando concluyó las habituales pruebas médicas del primer día. No soy de apuntar en una libreta las preguntas que quiero hacer. Sí que miro tres o cuatro datos cuando es una cara nueva al no haber convivido todavía en el día a día granota. Me gusta afrontar esos cara a cara con el protagonista como una tertulia de café y que las cuestiones vayan fluyendo, con el riesgo de no saber si es más o menos parco en palabras. No miento si digo que Álex Alegría es el jugador al que más preguntas le he hecho y menos ha durado la grabación. Tuve que estirar las respuestas; por supuesto que sin cambiar su mensaje. Hubo instantes de la conversación que me llegó a contestar con monosílabos. No conseguí extraer muchos más argumentos que los evidentes o los que cualquiera puede encontrar navegando por la red. Que es un delantero de casi 1,90 que había debutado en la máxima categoría en el 2-3 que le asestó el Betis al Valencia en Mestalla y que la jornada siguiente marcó sus dos primeros tantos frente al Granada (2-2). Ha quedado en la historia como un ‘9’ que pasó con más pena que gloria por Orriols y que ya gustaba a la dirección deportiva tras su estancia en el Numancia en la 2015/2016, a préstamo por el Betis, donde fue el máximo goleador soriano.

Una semana después, con Alegría de titular, el Camilo Cano abrió de nuevo sus puertas para otro test de pretemporada, esta vez con el Real Murcia como rival. En la segunda parte, y tras un cambio de once radical de Muñiz, como es tónica habitual en esos amistosos, Morales anotó el único gol y estrenó su cuenta en pretemporada. Por aquel entonces acaparaba los focos tras una de sus últimas renovaciones. Ahora su contrato expira en 2021, pero antes del confinamiento, su ampliación quedó apalabrada. La nueva normalidad ha impuesto un mercado distinto, con interrogantes y sujeto a las restricciones por la crisis sanitaria, pero en el caso del capitán no hay dudas. La suya es quizás la incógnita a futuro más fácil de despejar en una plantilla que sigue con paso en firme en la preparación del regreso oficial al ruedo en el derbi de Mestalla (viernes 12, a las 22:00), ya al completo, sin las ataduras de trabajar en grupos. El fondo de armario va a ser clave para sobrellevar el desgaste de tantos partidos. De la cita ante el Valencia al debut en La Nucía frente al Sevilla (lunes 15, a las 19:30) pasarán menos de 72 horas.

La mudanza ha sido el tema estrella en las últimas semanas. Entre tantas opciones que se han barajado, la que no cotizaba en las apuestas era el propio Ciutat. De todo lo que había, entre los requisitos de LaLiga, los deberes deportivos pendientes de sus inquilinos y el estado de sus respectivos terrenos de juego, la solución me ha ido convenciendo con el paso de los días. Lo de que tenga capacidad para 5.000 espectadores es lo de menos porque no habrá ni uno en la grada. Al Levante le encaja por las comodidades que le ofrece y que le permitirían realizar un mini stage si Paco así lo considera (hay hoteles de concentración muy cercanos e ideales para esas situaciones) y no tener que ir y volver de Valencia a La Nucía. La nueva casa en estas seis jornadas como local de las once que faltan (Sevilla, Atlético, Betis, Real Sociedad, Athletic y Getafe serán los adversarios) es un estadio talismán. En su primera campaña en el grupo III de Segunda División B y tras concluir en una cómoda décima posición, La Nucía no ha perdido ni uno de los 14 partidos en el Camilo Cano, con ocho victorias y seis empates.

Sigo teniendo el temor a que la situación clasificatoria relaje al equipo. Una sensación que, quizás erróneamente, me ha quedado sobre todo al comprobar que en ningún momento se ha contemplado parar las obras para concluir la temporada en casa. Aunque habrá silencio o una virtualización de las gradas con iniciativas como el #AplausoInfinito de LaLiga en cada minuto 20, jugar en las cuatro paredes habituales siempre es un punto a favor. Curiosamente, un condicionante que en la Bundesliga se ha reducido: de un 45,1% de victorias locales en 215 partidos disputados antes del coronavirus se ha pasado a poco más de un 20 por ciento después del frenazo por la pandemia. ¿Y si el factor cancha no será tan determinante? Al final es predecir con el único baremo que tenemos a mano. No hay que olvidar que de los 33 puntos que en total suma el Levante, solamente son nueve (de 42 en disputa) los que ha obtenido de forastero con las victorias en Leganés, San Sebastián y Granada. Son los mismos guarismos que Betis, Alavés y Celta, y solamente más que Eibar (8), el propio Leganés (8) y Mallorca (5).

La Liga comenzará el 11 de junio con el Sevilla-Betis y concluirá el fin de semana del 19 de julio. Hace mes y medio hubiera tachado de iluso al que me lo hubiera dicho. Y ahora, con la fecha del curso 2020/2021 sobre la mesa (12 de septiembre), con ese porcentaje de aficionados en progresión hasta volver a ver los estadios llenos en 2021, me invade de nuevo una sensación de cautela, con trazos de escepticismo. Del ya se puede hacer, al hay que hacerlo hay diferencias. Es una cuestión de madurez y cultura social. Primero acabemos esta Liga, con responsabilidad y sin consecuencias, y ya pensaremos en la siguiente. Unos creerán que apuntar públicamente previsiones a futuro es un brindis al sol para vender optimismo. Otros opinarán que Tebas maneja más alternativas ante cualquier escenario que pueda aparecer que el propio Gobierno de Sánchez.

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