VALÈNCIA. Emoción a raudales y un minuto de silencio sepulcral e histórico. No se oyó nada ni a nadie. Fueron los 60 segundos más respetuosos jamás vividos en el Ciutat de València y la mejor entrada, con diferencia, de la temporada: 19.500 espectadores. El coliseo granota acogió el primer partido de fútbol en la ciudad desde la tragedia provocada por la Dana y el homenaje a víctimas, afectados y al pueblo que tendió la mano a sus vecinos, fue único. El momento cúlmen de los actos organizados cuidadosamente por el Levante, el más que respetuoso silencio previo al inicio del choque, pero también la interpretación del himno regional. Al son del fliscorno de Rubén Marqués, catedrático del Conservatorio Superior de Música de la ciudad y solista de la Orquesta de la Comunitat Valenciana, sonaron unos acordes que hicieron brotar lágrimas entre el respetable.
Respetable y respetado también fue cada acción del club en cada rincón del estadio. La Senyera donada por el Real Madrid lució a lo largo del campo, portado por 160 jugadores de las 16 escuelas de fútbol base y distintos clubes de las zonas golpeadas que el club granota invitó junto a sus familias. En el mzrcador, "en memòria de les víctimes de la DANA”; en las camisetas de los futbolistas, barro y otra leyenda: "Sempre amb el nostrepoble. Més del que creus".
Fue veinte minutos antes del respetuoso e histórico minuto de silencio cuando se iniciaron los emotivos actos. El primero fue el homenaje al accionista y patrono de la Fundación Levante UD "Cent Anys" José Luis Marín. La actual presidenta de la Fundación, María Dolores Boluda, subió a su asiento del palco junto a otros patronos para recordar al empresario, uno de los tres reunidos en Chiva fallecidos en medio del temporal.
Pasadas las 16h, llegaron esos jugadores de las 16 escuelas de fútbol base y distintos clubes de las zonas golpeadas que el club granota invitó junto a sus familias. Alrededor de 4.000 personas de estos clubes asistieron al primer partido masivo de fútbol celebrado tras la Dana y 160 participaron, según las cifras facilitadas por el Levante, en las acciones previas al partido. Más tarde, a las 17h, el presidente de la entidad de Orriols, Pablo Sánchez, y el consejero delegado y máximo accionista, Pepe Danvila, recibieron a los tres autobuses fletados para que aficionados levantinistas procedentes de zonas afectadas pudiesen presenciar el duelo.
Para redondear el sentido homenaje, el presidente y el Consejo de Administración del club recibieron durante el descanso la donación de un cuadro de madera tallado a mano con el escudo del Levante que Pedro Navarro entregó al club tras haberlo podido salvar de la riada. Además, los nombres de todos los municipios afectados permanecerán rotulados en el anillo superior del estadio Ciutat de València “al menos durante toda esta temporada para que su presencia, su memoria y su recuerdo permanezcan en nosotros y estén presentes en cada encuentro que disputen los primeros equipos del Levante así como en todas y cada una de las acciones que se lleven a cabo en el Ciutat”.
La retahíla de actos que se sucedieron previamente y durante el encuentro se suman al gran cúmulo de trabajo que, desde el club, se ha realizado durante las dos últimas semanas, desde la explosión de la tragedia. Aunque el club no ha donado una partida directa a los afectados, sí ha hecho de su estadio todo un banco de alimentos. Fue pionero en esto, junto a l'Alqueria del Basket. Recogió enseres, medicamentos, ropa... y lo distribuyó de manera efectiva e inmediata en los puntos más golpeados por las inundaciones.
La oficina de atención al abonado, el contacto con peñas y aficionados con el objetivo de confirmar su estado, la cuenta solidaria y la pulsera con recaudación destinada a reconstrucción de escuelas de fútbol en zonas afectadas, los nombres de los municipios en el estadio que permanecerán todo el curso, la flota de autobuses... Un homenaje a la altura.