VALÈNCIA. La historia del Balneario tiene las raíces profundas, muy ancladas en tierra firme. Recorrer su cronología nos lleva hasta tiempos inmemoriales. Si el pasado pudiese comunicarse con nosotros, lo haría a través de unas construcciones que han presenciado episodios para enmarcar. El roble y la piedra cenia son los materiales que sirvieron para edificar el Gran Hotel en 1896.
Ha sido testigo de eventos inolvidables y de experiencias que algunos conservarán en sus retinas. Unos recuerdos que otros también guardarán con mimo tras haberse hospedado en el Hotel Continental. La visión del sol colándose por sus cristaleras, con la luz brillando sobre su madera de cedro, se recibe como un regalo. Un ambiente acogedor en medio de un entorno idílico.
Aunque los secretos del Balneario estén sumergidos en sus aguas, el fuego también es capaz de revelarlos. Para descubrirlos, uno tan solo debe dejarse guiar por el aroma que desprenden sus restaurantes, procedente del interior de las cocinas. Acomodarse en una mesa del Restaurante El Lago. Echar un vistazo a la carta de La Brasserie.
Pedir la especialidad de la casa en un italiano como La Fontana. O escoger platos frescos y variados de nuestro Buffet del Hotel Continental, acciones que despiertan los sentidos. Una gastronomía que hará rugir los estómagos así como el fuego hace crepitar la madera. Distintos ambientes para disfrutar de productos variados y de proximidad. Una mezcla de tradición y originalidad.