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I want to believe

21/06/2022 - 

VALÈNCIA. Para los fans de la serie "Expediente X" (entre los que se encuentra mi admirado Salva Folgado) la frase de "I want to believe" (quiero creer) se hizo popular gracias al póster que colgaba en la habitación del agente del FBI, Fox Mulder. El póster y su leyenda se hicieron tremendamente populares y acabaron tomando el significado de ser una de las manera en las que se pedía información: quiero creer, pero necesito que des la información necesaria para ello.

Con esa sensación salí del café de presentación de Sean Bai cono nuevo director del Valencia CF. Quiero creer, pero me hace falta mucho más que una charla ante los periodistas para recuperar la confianza en los rectores del club. De entrada porque aunque ahora se quiera borrar toda huella del paso de Anil Murthy por el club, fueron cinco años porque el máximo accionista así lo quiso; y Lim sigue ahí.

Porque desde que Meriton llegó se han dado todos los pasos necesarios para romper cualquier nexo de unión con el entorno valencianista y cuesta creer que de repente se hayan caído del caballo y hayan visto la luz.

Porque por mucho que nos quieran vender que el aficionado va a estar en el centro de todo, el aficionado no va a querer nunca que se marchen Gayà y Soler, y cuando el máximo accionista dé la orden desde su casa a 11.000 kilómetros, se van a ejecutar dichas ventas

Y porque ver a Sean Bai mientras te explica la voluntad de cambiar, rodeado en la misma mesa de gente que se ha reído de los aficionados bailando y riéndose mientras protestaban, o de quiénes han vetado a medios informativos por criticar la gestión del club (la misma que ahora el club reconoce con su voluntad de cambio que era mala) le resta fuerza a su discurso. Es complicado convencer de que vas a montar una orquesta sinfónica si al primer ensayo te presentas rodeado de aquellos a los que has visto desafinar en una charanga.

Es difícil creer en que las bases del nuevo proyecto son sólidas si continúas asegurando desconocer cuáles son las cifras reales de necesidad de venta de jugadores por boca de un director de fútbol al que minutos atrás has reconocido sin inmutarte que se le está buscando relevo.

Y sin embargo valoro el gesto. Creo que Sean Bai sí sabe dónde está, es permeable al entorno y sabe que necesita escuchar. Su explicación de la ya tristemente famosa anécdota del rinoceronte defecando en redes sociales lo resume a la perfección: "la intención fue buena, pero aprendí que eso aquí no gusta". Me pareció el discurso, en su fondo, más autocrítico que le he visto a Meriton desde que aterrizara en España hace ya 8 años. Valoro que hayan dado explicaciones de algunas de sus intenciones... hasta donde han podido. Y ese sigue siendo el problema de fondo.

Porque no nos cuadra que de repente hayan aparecido garantías bancarias para construir la cubierta del estadio y para pasar de 43.000 asientos a 50.000 cuando la economía del club es dramática. Y porque nadie tiene la seguridad de que si Sean Bai hace funcionar al club, pasado mañana Peter no lo ejecute como hizo con Mateu y Marcelino.

Estoy convencido que Sean Bai va a revertir determinadas situaciones, pero las gordas de verdad (economía, equipo competitivo, nuevo estadio) no dependen de él en última instancia. Y eso nos devuelva a la figura de Lim. Su desprecio e inacción hacia el club dejan un margen de confianza casi inexistente a su nuevo director general. Por todo ello, Bai no va a disponer prácticamente del beneficio de la duda. Ese comodín lo ha socarrado Lim y los 5 años de Murthy aquí. Las intenciones de Sean Bai son buenas, no lo dudo, pero quién está por encima de él ha demostrado que no es digno de hacer con su gestión actos de fe. Para volver a ganar la calle a Meriton sólo le vale la política de hechos consumados.

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