Il Gattino

VALÈNCIA. "Fueron siete meses increíbles en Valencia, sabía que iba a un club con problemas, con una lucha contra el presidente durante tres años, pero me gusta ver todo el fútbol y entrenar en el extranjero, tengo mucha curiosidad", fueron las primeras palabras que propinó ayer Gennaro Gattuso una vez pegó la espantada como entrenador del Valencia CF.

Han pasado casi dos meses del abandono del entrenador del Valencia CF y el poso que ha quedado es la tristeza en lo que se ha convertido un club de la historia del Valencia CF. Se le entregaron las llaves del club a un entrenador que dejó en la estacada a una plantilla joven y temerosa por el descenso.

Si tan cierto es que trabajar con Meriton es insufrible como entrenador como reflejan los números, también lo es que el gesto de Gattuso con sus jugadores no corresponden a los códigos del fútbol. Otros entrenadores como Bordalás vivieron situaciones similares, pero no se le ocurrió abandonar el barco a mitad de temporada por un compromiso adquirido con el valencianismo.

Mestalla volcó su ilusión y se entregó a la figura carismática de Gattuso, más allá de su currículum como entrenador. La afición parecía haber encontrado un líder y finalmente se topó con un 'cómplice' de la gestión, que formaba parte del entramado de Jorge Mendes. Pegó la huida sin honesto de lo que ocurría de puertas para dentro, que esa armonía lo acabó desesperando y ahora resulta que la experiencia fue "increíble". 

Pero no solo eso, es que detecto en la salida de Gattuso a una persona que no ha tenido nada de empatía con el Valencia CF. Fue un ahí os quedáis. Buscó un banquillo para entrenar y vio que venir a Mestalla estaba más barato que nunca. A la que se torció un poco la cosa, dejó tirado a una plantilla en la que activos ampliaron sus contratos por su empeño como Diakhaby o Gayà. De león nada, 'Gattino'.