VALÈNCIA (EFE). El regatista olímpico de windsurf Iván Pastor reconoció que cuando el pasado 4 de mayo pudo volver a entrenarse en el mar "casi se me saltan las lágrimas", ya que reconoció que los 50 días de confinamiento se le han hecho largos.
"Cuando pude de nuevo volver a entrenar en el mar casi se me saltan las lágrimas. Necesitaré un tiempo para recuperar la forma. No obstante, me comparo con otros deportistas de muy diversas modalidades, que se enfrentan a muchas incertidumbres, y me considero un auténtico afortunado", explicó en una entrevista concedida al Proyecto FER, del que es integrante.
El regatista señaló que estos casi dos meses confinados en su casa de santa Pola sin poder subirse a la tabla y lanzarse al mar "los llevé relativamente bien al principio. Necesitaba descansar y desconectar. Pero, con el paso de los días , empecé a sentirme extraño y con la necesidad de volver a practicar mi deporte, que también es mi pasión. Estos más de 50 días se me han hecho largos”, admitió.
En los planes diseñados a principios del año, el lunes 16 de marzo, dos días antes dela declaración del estado de alarma por el Gobierno, era la fecha señalada para desplazarse a Mallorca, escenario, en los primeros días de abril, de la Regata Princesa Sofía, el segundo y último de los eventos considerados como selectivos por la Federación Española para determinar el regatista español que competiría en la clase RS:X durante los Juegos de Tokio.
"La declaración del estado de alarma lo paró todo. No obstante, desde muchos días antes y con la evolución de los acontecimientos y de la crisis sanitaria, tenía muy claro que todo el calendario previsto iba a saltar por los aires", concluyó.