VALÈNCIA. Jorge Sáenz sale de su 'pesadilla' en el Mirandés. No han sido dos años fáciles para el central canario que es propiedad del Valencia hasta junio de 2024. El club de Mestalla pagó dos millones de euros al Tenerife por el 50% de sus derechos y se había perdido en una espiral de cesiones sin éxito.
Sin embargo, su llegada la CD Mirandés el pasado mercado de invierno ha cambiado el estado de ánimo de Jorge Sáenz. El zaguero se ha convertido en indiscutible desde su llegada y ya está empezando a recoger sus frutos. De hecho, Jorge Sáenz ya ha jugado más en un mes y medio que en sus seis meses anteriores en el CS Marítimo, club en el que recaló a préstamo tras jugar sus primeros minutos como valencianista en la pretemporada con Bordalás. La experiencia en la Liga NOS también fue frustrante para el futbolista que desapareció de los planes del club luso a finales del mes de septiembre.
El futbolista debía llegar en verano de 2019 para comenzar la pretemporada, pero el 15 de julio (y en la operación de compra de Maxi Gómez) el Valencia CF cerraba la cesión de Jorge Sáenz al RC Celta. Por tanto no llegó ni tan siquiera a debutar con el Valencia en pretemporada.
Una cesión muy mala para todas la partes. En el primero de los años empezó con Fran Escribá de entrenador y a sus órdenes jugó dos partidos; su debut no pudo ser más accidentado. Ante el Granada el futbolista cedido por el Valencia se estrena en primera división pero es expulsado al minuto 11 de juego por Prieto Iglesias. Ese rocambolesco inicio le pasó factura. Jugó también ante Alaves y Real Sociedad aún con Escriba en el banquillo. Tras el cese del valenciano, Jorge Sáenz pasó al ostracismo y con Oscar García Junyent no volvió a pisar un terreno de juego hasta la jornada 31 (de nuevo ante la Real). Sumó 3 partidos más, ante Barcelona, Atlético de Madrid y Osasuna (total, 7 partidos y 373 minutos).
Entre medias, una pandemia mundial que paró tres meses el campeonato de liga y un intento del Valencia de repescarlo para paliar la ausencia provocada por la lesión de Garay. El Celta exigió los dos millones de euros que costaba romper la cesión (pese a no contar con el futbolista) y desde Mestalla se desistió de dicha cesión. Dicho intento de repesca se volvió a poner en marcha en el verano tras la purga llevada a cabo por Meriton, y en invierno de 2021 dada la reiterada petición de Javi Gracia por tener un central más en la plantilla.
Peor fue la segunda campaña en Vigo. Ni Óscar García primero ni “Chacho” Coudet después dieron opción al tinerfeño, quien se pasó la temporada en blanco. No sumó un solo minuto en la liga como jugador celeste e incluso tuvo que aguantar alguna andanada de su entrenador: “Ellos deciden quedarse sabiendo que no van a tener participación. Yo respeto todas las decisiones pero esto pero esto es fútbol profesional, no es un spa. He sido claro con ellos. Les avisé dos semanas antes de que no contarían, han tenido la oportunidad de salir y ellos han decidido quedarse porque no estaban a gusto con las oportunidades que tenían. Me contrataron para tomar decisiones y las tomo. Tienen todas las atenciones que necesita un jugador, soy frontal y voy de cara. Tienen todo para utilizar, se cambian como todos, tienen médico, fisio y preparador físico a disposición, todo lo que necesitan”.