VALÈNCIA. La expedición del Sevilla regresó esta madrugada de Moscú tras la goleada (5-1) ante el Spartak en la tercera jornada del grupo E de la Liga de Campeones y hoy el equipo tiene un descanso que servirá de reflexión antes de encarar otro complicado compromiso, el del sábado en Mestalla ante el Valencia.
El conjunto hispalense acabó septiembre, y afrontó el descanso en la competición por los partidos de la selecciones nacionales, con una victoria como local ante el Málaga (2-0) que le dejó segundo clasificado en LaLiga Santander.
Además, en la 'Champions', ocupaba la primera posición del grupo después de un meritorio empate en Anfield ante el Liverpool inglés (2-2) y una goleada en el Sánchez Pizjuán frente al Maribor esloveno (3-0).
Con esos números, el equipo que entrena el argentino Eduardo Berizzo planificó una continuación del calendario que se preveía complicado al acumularse cuatro partidos consecutivos como visitante, en los que el Sevilla tenía que dar la talla para ratificar sus opciones de pelear entre los de arriba.
La primera prueba fue el pasado sábado en el estadio San Mamés ante el Athletic Club y fue fallida después de que el conjunto andaluz no supiera responder al 1-0 con el que acabó el partido y que llegó en el tramo final de la primera parte.
No hubo mucho tiempo para analizar los fallos de un equipo que ya en su anterior desplazamiento liguero había caído también en otra exigente prueba, la del Wanda Metropolitano ante el Atlético de Madrid (2-0).
En Moscú se repitió la historia, pues el Sevilla evidenció falta de puntería en los momentos que pudo decantar el choque a su favor y una desorientación en la defensa que cuesta muy caro y que en este caso acabó en debacle.
Ello ha motivado que se enciendan las alarmas en un equipo que no está acostumbrado en los últimos años a enlazar derrotas y que además salga goleado severamente como sucedió en la capital rusa.
Ahora, la plantilla descansa este miércoles como quinto clasificado en el torneo doméstico y relegado a la tercera plaza de su grupo en la máxima competición continental.
Berizzo empezará el jueves a preparar el tercer desplazamiento consecutivo, que no llega en el mejor momento por la inercia que presenta el equipo y que se une además al estado de gracia con el que le recibirá el Valencia, invicto y aupado a la segunda plaza de la liga gracias a sus cinco victorias y tres empates en las ocho jornadas disputadas.
Aún le quedará después otro partido fuera de su estadio, que el disputará el próximo martes en Cartagena en la eliminatoria de la Copa del Rey.
Después, ya el miércoles 1 de noviembre, el conjunto sevillista volverá a su estadio y lo hará en un partido que se antoja decisivo ante su verdugo de Moscú, un Spartak que llegará al Sánchez Pizjuán envalentonado y con la ilusión de dar otro paso hacia los octavos de final de la Liga de Campeones, el mismo objetivo de su rival.
A ese partido puede llegar el Sevilla rehecho, si en Valencia y en Cartagena le vuelven a favorecer los resultados y las sensaciones, o en una más agudizada depresión si no se disipan las dudas que genera.