El investigador de la FIFA, Cornel Borbely, ha señalado que la Comisión de Ética del organismo está investigando "varios cientos" de posibles casos de delito que involucran, en algunos casos, a altos funcionarios
VALENCIA. El investigador de la FIFA, Cornel Borbely, ha señalado que la Comisión de Ética del organismo está investigando "varios cientos" de posibles casos de delito que involucran, en algunos casos, a altos funcionarios.
"Investigamos varios cientos de casos y varios cientos todavía están pendientes y en curso en este momento", indicó Borbely, que explicó que no podía hacer comentarios sobre los casos específicos que todavía estaban pendientes.
En 2015, varias docenas de funcionarios, principalmente de Sudamérica, fueron acusados en Estados Unidos de estar relacionados con casos de corrupción, lo que provocó la mayor crisis de la FIFA.
Entre los funcionarios estaban el presidente de la FIFA por entonces, Joseph Blatter y el secretario general Jerome Valcke, mientras que el actual presidente, Gianni Infantino, también fue investigado por el Comité, pero no hubo indicios de delito.
Este martes, la resolución del Consejo de la FIFA decidió no renovar el mandato de los dos presidentes de la Comisión Ética, ni del suizo Borbely ni del alemán de Hans-Joachim Eckert.
En un conferencia de prensa celebrada cerca del Congreso de la FIFA, Borbely apuntó que la medida tomada había sido "un retroceso para la lucha contra la corrupción", ya que ellos tenían conocimiento y experiencia en los casos que se estaban investigando.
Además, la FIFA emitió el mismo martes una declaración dónde señalaba que la abogada colombiana María Claudia Rojas había sido nombrada como presidenta del Comité de Ética junto con el juez griego Vassilios Skouris.
Las nominaciones tanto de Rojas como de Skouris, junto con otras propuestas de los jefes de comités, serán sometidas a votación el próximo jueves en el pleno del Congreso de la FIFA, aunque Borbely indicó que ellos no habían sido informados oficialmente por la FIFA del final de su mandato y que solo se habían enterado por los medios de comunicación.
"Nosotros trabajamos bien y a un nivel muy alto con un enorme volumen de casos", subrayó Borbely. "No había necesidad de cambiar el Comité de Ética, la única conclusión es que esto estaba políticamente pensado", añadió y concluyó aludiendo que ambos se habían tomado su mandato "muy en serio" hasta el final.
Estos cambios en el Comité de Ética prosiguen a la dimisión del ex jefe de reforma y cumplimiento, Domenico Scala, que se produjo el año pasado.