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La demostración del club acompañado

9/05/2021 - 

VALÈNCIA. Todas esas personas llegadas de sus pueblos, venidas desde confines tan lejanos como la propia distancia oceánica entre la propiedad de su club y el mismo club, todas esas ambiciones imperfectas que apenas tienen que ver entre sí pero que se identifican bajo un deseo común, ser el Valencia, todos ellos, no hacían otra cosa que guiarse tras un elefante en apariencia ausente. Ir detrás de él en este sábado donde Mestalla eran sus afueras de oro y luz. 

Puede que fueran muchas las consignas, muy ruidosos los reclamos, pero el mensaje más fuerte no necesitaba voz. Solo pasos. Solo confluencia. La demostración del club acompañado.

En este último año, de marzo a marzo y hasta mayo, el Valencia sumó a sus vacíos la orfandad de no contar con más presencia que la de los muros de hormigón del viejo estadio. Por eso, y porque como nunca es necesario demostrar para quién andamos, caminar junto al escudo resulta la consigna más infinita: el Valencia acompañado. El signo de que por mucho que el VCF se juegue en una timba con “reyes, jeques, empresarios y mafiosos”, por mucho que arrecie, hay una base social dispuesta a recogerlo de la lona. Todavía será mejor cuando llegue el momento en que hagamos posible que esa misma acción social impida preventivamente la caída. 

El Valencia en las calles, tal que en la marcha cívica del 19, vuelve a ser símbolo del club que va más allá del club. La esencia más allá de la administración. La masa gaseosa que rodea a la sociedad anónima y que, en justicia, le da sentido. Una sencilla demostración de fuerza para combatir la idea del Valencia networking: la que encarnan aquellos (con Lim y en episodios anteriores a Lim) que toman al VCF como un vehículo para los logros individuales en lugar de como un fin en sí mismo. 

No es tiempo de utopías, porque en realidad se juega lo más básico. Ni tan siquiera está en juego la atávica voluntad de querer llegar. Es la voluntad de querer ser. Escapar de la timba. Recuperar la compostura como club. Estar y caminar detrás de un elefante que avanza.

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