La entrada del Ciutat necesita un empujón

VALÈNCIA. El partido que este sábado enfrentará al Levante ante el Alavés es crucial en la pelea por el ascenso. Parece increíble, pero incluso tras los últimos tropiezos el cuadro de Javi Calleja tendrá esta próxima jornada otra oportunidad de dormir en plazas de ascenso directo. Es obvia en el seno del club de Orriols la suma importancia del encuentro y lo relevante que resulta el apoyo del aficionado en la recta final de la Segunda División. Por eso el Levante busca el empujón definitivo a la entrada de esta temporada en el Ciutat de València después de que la promoción de marzo de cara a los cinco últimos partidos en casa apenas revertiera la tendencia.

Con la oferta 'Súmalos al ascenso', mediante la cual la entidad granota permitió a sus abonados reclutar con su pase a un máximo de seis aficionados a precios populares para el paquete de cinco encuentros, el Ciutat vio crecer ligeramente su entrada, aunque menos de lo esperado en el club. Y es que, según los datos oficiales de La Liga, ante el Zaragoza se llenaron 14.954 butacas y frente al Mirandés, 13.555. Son cifras que, aun con el pequeño aumento de asistencia respecto a las anteriores citas en Orriols, no alcanzan a superar los casi 16.000 fieles actuales del estadio blaugrana, entre los alrededor de 15.000 abonados y los cerca de 750 packs que se vendieron con esa promoción lanzada en marzo. 

Esta temporada hay una entrada que destaca por encima del resto y son los poco más de 18.000 hinchas que acudieron al Levante - Albacete. El problema de ese dato es que está inflado por los 4.000 aficionados manchegos que protagonizaron un desembarco total en Valencia y llenaron dos esquinas en los fondos de Alboraya y Orriols. Entre otros, es un suceso que motivó al Levante a idear la promoción de marzo con la meta de sumar adeptos a la causa y estimular la presencia de granotas en el estadio en un período clave para el ascenso, más allá de paliar, de paso, posibles desembarcos futuros de seguidores rivales en el Ciutat. Sin embargo, el incremento ha sido sostenido. 

Hoy, el reparto de entradas va viento en popa. El club ha pisado el acelerador para, ahora sí, colgar el cartel de no hay billetes. Tanto que entre las dos entradas gratuitas que puede adquirir un abonado y las dos adicionales que se lleva por cada pack comprado hace un mes, un levantinista se puede plantar hasta con 14 invitados para el partido. La iniciativa, esta vez sí, ha tenido éxito: en una mañana de promoción, con apenas unas horas activa por el aluvión de peticiones que colapsaron la página web habilitada para la venta a las 10h, se agotaron una estimación de 6.000 entradas, dejando solo 3.000 disponibles, tal y como informó el Levante.

Volver al sold out

Hace tiempo que el Ciutat no se llena hasta la bandera. Desde que la pandemia trastocara los planes de ticketing en el Área de Marketing tras varias temporadas de apuesta por el aficionado a base de gratuidad por fidelidad en campañas de abonos, la institución redujo considerablemente su gran cifra de abonados. Entre la desescalada sanitaria durante el inicio del pasado curso y la aciaga temporada del equipo en materia deportiva, solo se llegaron a tocar los 20.000 asistentes en un encuentro: frente al Barça el 10 de abril. Antes, en el derbi ante el Valencia, se consiguieron enganchar casi 19.000, pocos más de los que este año acudieron en el Levante - Albacete. 

Sea como sea, la realidad es que durante la temporada pasada se superó la media de entrada de 12.000-13.000 de este curso en casi todos los partidos sin restricciones por la crisis sanitaria, a partir de noviembre. La última vez que Orriols registró una asistencia de absoluta gala fue en el derbi de septiembre de 2018, con 24.073. Esa misma temporada, con entradas muy vivas a lo largo de todo el curso, también se lograron datos parecidos en las visitas de Barça o Real Madrid. Fue la última antes de que la pandemia explotara definitivamente la campaña siguiente.