VALÈNCIA. El campeonato de Liga que el Valencia logró el 9 de mayo de 2004 dio paso al mejor año de la historia de un club que encadenó ese título con la Copa de la UEFA , la Supercopa de Europa antes de ser proclamado mejor equipo del Mundo por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS).
Con aquellos éxitos, el club de Mestalla cerró el último gran momento deportivo de sus más de cien años de vida y también un ciclo que había dado comienzo en 1999 con una Copa del Rey, al que le faltó la continuidad en la Liga de Campeones por las finales perdidas en 2000 y 2001, aunque luego ganó la Liga en 2002.
En 2004, el Valencia, bajo la presidencia de Jaume Ortí y con Rafa Benítez en el banquillo, levantó la sexta liga de su historia, tras las obtenidas en 1942, 1944, 1947, 1971 y 2002, esta última también bajo las órdenes del entrenador madrileño.
Con la Liga de 2004 se cerró un ciclo con alguna alternancia en el torneo español, pero desde entonces el Barcelona (diez ligas) y el Real Madrid (cuatro) acaparan los títulos con excepción del conseguido por el Atlético de Madrid en la temporada 2013-2014.
El Valencia alcanzó el campeonato con cifras bajas, pues lo hizo con 77 puntos y 71 goles anotados, en una campaña en la que solo le marcaron veintisiete tantos y en la que fue líder durante catorce de las 38 jornadas del campeonato.
En su camino hacia el éxito, el conjunto valenciano solo perdió siete choques, dos de ellos cuando ya era campeón y su logro se fraguó a partir de marzo con ocho victorias y dos empates (veintiséis puntos de treinta) en diez partidos.
De entrada, el equipo avanzó a buen ritmo por el torneo. Ganó al Real Madrid y al Atlético de Madrid, entre otros, en Mestalla y fuera vencía con asiduidad e incluso goleaba (0-3 ante el Atlético, 0-5 en Mallorca, 1-6 en Málaga), pero en la jornada veinticuatro sufrió un duro revés al empatar a 1-1 en el Santiago Bernabeu.
El valencianismo criticó mucho el arbitraje y el equipo se quedó dos puntos por detrás del Real Madrid (53 frente a 51). Además, sufrió las consecuencias anímicas de aquel resultado con una derrota en casa ante el Barcelona (0-1) y otra en un Montjüic nevado ante el Espanyol (2-1) el 29 de febrero.
Así, la distancia con el líder se amplió a ocho puntos con doce partidos por delante, pero en ellos y contra todo pronóstico, el equipo despertó hasta cerrar la jornada 35 con 74 puntos, cuatro más que el Real Madrid y cinco que el Barcelona.
Si en la jornada 36, el Valencia ganaba y sus perseguidores perdían, el título se iba para Mestalla. Al quedar todavía tres jornadas para el final, los horarios no estuvieron unificados. Sus rivales jugaron el sábado y el Valencia el domingo.
El Real Madrid perdió en casa ante el Mallorca (2-3) y el Barcelona en Vigo contra el Celta (1-0). Hasta un pinchazo en Sevilla se podía permitir el Valencia con dos opciones más por delante: en Villarreal y en casa con el Albacete en la jornada final.
No pinchó. Ganó 0-2 con tantos de Vicente (m.11) y Baraja (m.90) en la tarde del día 9.
Inmerso también en la lucha por la Copa de la UEFA, Benítez incluso prescindió en Sevilla de hombres clave como Angulo, Aimar o Baraja, que solo salieron al terreno de juego en la segunda mitad.
Aquel día, el Valencia formó con Cañizares, Curro Torres, Ayala, Marchena, Carboni, Sissoko (Aimar, m.77), Albelda, Jorge López (Angulo, m.72), Xisco Muñoz, Ricardo Oliveira (Baraja, m.59) y Vicente.
También fueron campeones los porteros Rangel y Palop, aunque éste no llegó a ser alineado en Liga, Pellegrino, Fabio Aurelio, Juan Sánchez, Garrido, Canobbio, David Navarro, Rufete y Mista.