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análisis | la cantina

La nieta de la Bienve, Raquel Carrera y Jordi Alba

24/03/2023 - 

VALÈNCIA. Vivimos en un mundo realmente extraño. Amparo, la nieta de la Bienve, no tiene redes sociales ni interés por ellas, pero las redes sociales la han matado estas Fallas, las Fallas de Shakira y Quevedo, y las Fallas de las nochenteras más guarras que se recuerdan, con la gente meando como rebaños de ovejas en mitad del campo. Ella monta todos los años una barraqueta en la esquina de Reino de València con Pintor Salvador Abril, igual que antes la montaba en la puerta del Bimbi, al principio de la Gran Vía Marqués del Turia, porque le prometió a su abuela que continuaría con la tradición. Ella no lo necesita para vivir, pero cada año abre unos días antes de Fallas por aquella dichosa promesa y se tira hasta el 19 de marzo haciendo buñuelos de calabaza. Pero me contaba el 18 de marzo que este año estaba desbordada y que la víspera tuvo que irse a casa con un ataque de ansiedad. Que entre el reportaje que le hice el año pasado y que varios influencers la han recomendado por Instagram, además de un story de Ricard Camarena elogiándola, la cola y los encargos se habían desmadrado.

Yo ya me había fijado. Estábamos a 18 de marzo y aún no le había comprado porque, cada vez que pasaba, la cola giraba por la esquina. Y eso me dejó pensativo, que un negocio que lleva desde 1928, que funcionaba bien porque son de los mejores buñuelos de la ciudad -como nos gusta a los valencianos eso de afirmar tajantemente que estos o aquellos son los mejores buñuelos de València, o la mejor paella, o la mejor tortilla de patata, como si a cada uno no nos gustaran las cosas de forma diferente-, se haya visto sacudido por una avalancha incesante de gente que se mueve por las modas, el deseo por probar lo mejor o por no ser menos que nadie.

La nieta de la Bienve tiene 65 años, pero Raquel Carrera, que tiene 21 y es una estrella del baloncesto, tampoco se vuelve loca con las redes sociales. Tiene un perfil de Twitter con cinco mil seguidores y un perfil muy modesto con un par de tuits en todo 2023. Pero la pívot gallega tiene alma de líder y el miércoles, tras quedarse a las puertas de la Final Four con el Valencia Basket, decidió que era el momento de piar para decir, en resumen, que estaba orgullosa del trabajo que había hecho el equipo para llegar hasta allí y que nunca habían dejado de creer. Luego anunció que van a por más: "Queda mucho por delante y juntas seguiremos trabajando, no tengo ninguna duda".

Los que seguimos al equipo de Rubén Burgos desde hace años no tenemos ninguna duda. Y yo ya aposté un penique a que la Liga se viene a València este año.

Las redes sociales son caprichosas y los algoritmos juegan con nosotros. Muchos jefes, generalmente mayores, piensan que llevar las redes es como un juego, cuando, en realidad, es una ciencia. Yo no termino de entenderlas del todo ni cómo es posible que esta semana me saliera de forma aleatoria algo relacionado con la entrevista que tuvo Risto Mejide con Jordi Alba. Más que nada porque no me cae simpático el publicista ni el futbolista. Pero piqué.

Jordi Alba no me cae bien fundamentalmente porque me parece el tipo más maleducado que he visto en un campo de fútbol. En tramposo, sucio, provocador... Pero la entrevista empieza con el lateral poniéndose tierno y diciendo de él mismo que es un tipo con muchos valores, los valores que le inculcaron sus padres, que eran capaces de dejarle sin jugar un partido de niño si se había portado mal. Y me parece genial que no se comprara un Ferrari y que el primer coche fuera para su padre después de haber tenido un accidente en uno de los viajes que hacía a València para verle jugar, pero luego lo ves cómo le habla a los árbitros y, la verdad, yo no tendría luego el cuajo de ir de tipo modélico en una entrevista.

Pero ya se sabe: el fútbol es así.

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