La parabólica de Catar 2022: la Suiza de Eray Cömert

VALÈNCIA. Mañana debutará en Catar una selección cuyo nivel futbolístico y competitivo ha recortado mucha distancia al de las grandes potencias. Suiza ya no es aquel combinado simpático e inocente que apenas aspiraba a superar la fase de grupos. Durante los últimos años, los helvéticos han demostrado funcionar como un auténtico bloque de hormigón que los ha convertido en un conjunto tremendamente correoso y competitivo.

"Hemos progresado mucho desde que comencé a jugar con el equipo nacional hace once años"

Granit Xhaka, capitán de la selección de Suiza, para Blick

Sin embargo, las bondades del equipo dirigido por Murat Yakin van mucho más allá del colectivo; tiene mucho fútbol en sus botas y no reniega en absoluto de la posesión de balón. La filosofía que implantara Vladimir Petkovic durante su etapa de siete años como seleccionador empezó a dar sus frutos en la pasada Eurocopa, cuando la Schweizer Nati eliminó a Francia en octavos de final y cayó ante España en cuartos; eso sí, exprimió a los de Luis Enrique hasta la lotería de penaltis. A la vista está que Yakin ha sabido dar continuidad al buen trabajo del técnico bosnio: los suizos vienen de mandar a Italia a la repesca (donde cayó frente a Macedonia del Norte) tras realizar una fantástica fase de clasificación en la que terminaron invictos y líderes de grupo. ¿El premio? Pasaporte directo a la cita mundialista.

Así pues, el momento futbolístico actual del país es más que bueno. Acostumbrados a ser protagonistas en los deportes de invierno, el fútbol es ahora una oportunidad para seguir demostrando al mundo que Suiza tiene armas de sobra para amargarle el café a alguna de las grandes favoritas. La personalidad del grupo, la cohesión como equipo y la calidad técnica de unos jugadores cada vez más contrastados en el fútbol europeo otorgan licencia para soñar con un algo realmente importante en este Mundial de Catar.

Todo ello sin perder de vista un detalle: la dificultad es mayor que nunca. La mala suerte quiso que Suiza vaya a convivir en el grupo G con Camerún, Brasil y la Serbia de Uros Racic (ojo con esta selección), por lo que deberá emplearse a fondo si quiere alcanzar los octavos. El primer escollo hará acto de presencia mañana en Al-Wakrah y llevará el sello de unos Leones Indomables que aterrizan con dos grandes referencias en la élite del fútbol europeo: el exgroguet André-Frank Zambo Anguissa (Nápoles) y el ariete Eric Maxim Choupo-Moting (Bayern de Múnich), dos futbolistas que están a un nivel estratosférico la presente temporada.

Si en algo es experta esta selección es en disfrazarse de tapada. El vestido le queda perfectamente al conjunto de Yakin, pero ya es hora de desnudar a Suiza y analizarla como un rival muy peligroso y extremadamente competitivo, algo que es una garantía en una competición corta como esta. Presenta nombres muy importantes en todas sus líneas y puede perfectamente armar un once de muchísimo nivel con referencias como un Granit Xhaka (Arsenal) en pleno cénit de su carrera, Manuel Akanji (Manchester City), Denis Zakaria (Chelsea), el ex de Atalanta Remo Freuler (Nottingham Forest), el veterano Yan Sommer (Borussia Mönchengladbach) que por cierto llega tocado al debut, el clásico Xherdan Shaqiri (Chicago Fire) o el punta de origen camerunés Breel Embolo (Mónaco), que se enfrentará mañana a la selección de su país de nacimiento.

“La unidad es clave para nosotros. Tenemos una buena mezcla de experiencia y juventud…Daremos el máximo”

Yann Sommer, guardameta de la selección de Suiza, para Marca

En el banquillo no faltarán alternativas de nivel. Así como el meta Gregor Kobel (Borussia de Dortmund) es una garantía bajo palos si Sommer no llega a tiempo, el resto de líneas están muy bien cubiertas para contrarrestar cualquier tipo de contratiempo. Ese precisamente será el rol del valencianista Eray Cömert, que llega en un gran momento de forma después de completar un muy buen primer tercio de campaña siendo un fijo para Gattuso y participando en 11 encuentros de 14 posibles. El central de origen turco ofrecerá a Yakin un buen recambio para una zaga que puede presumir de gran nivel gracias al mencionado Akanji, Nico Elvedi (Borussia Mönchengladbach) y el internacional suizo de padre español Ricardo Rodríguez (Torino), un hombre que acumula nada más y nada menos que 100 internacionalidades.

A pesar de que los precedentes invitan a soñar y teniendo en cuenta la dificultad del grupo G, el objetivo de Suiza a corto plazo es pasar a octavos de final. Con Brasil como gran favorita, Serbia y Camerún son dos huesos duros, pero en absoluto pueden presumir de la trayectoria y la experiencia de la Asociación Suiza de Fútbol. No olvidemos que esta institución es la responsable de una apuesta futbolística que ya ofrece resultados gracias a una generación de futbolistas que se proclamó campeona del mundo sub-17 en el año 2009.