VALÈNCIA. El proyecto 21/22 del Levante ya está en marcha. La reunión a tres bandas entre Quico Catalán, secretaría técnica y Paco López este martes en las oficinas del club sirve como casilla de salida de la temporada que viene y cuya planificación deportiva estará marcada por el imperativo de venta de futbolistas y el escaso margen para reclutar piezas. Libres, en forma de cesión o preciamente el retorno de cedidos serán la base de las operaciones que la entidad de Orriols acometa para mejorar la plantilla del curso próximo. Y en el apartado salidas la dirección deportiva se encomienda a varias bazas para poder acercarse a los obligatorios 16,5 que exige el Fair Play Financiero levantinista.
También fue una reunión de fin de curso. Un repaso de lo que ha sido una campaña difícil, de nuevo construida sobre una montaña rusa, y que en los últimos dos meses ha dejado claves de cara, precisamente, al método según el cual se va a apuntalar la plantilla. Los objetivos y el nivel de la plantilla en función de los mismos vuelven a ponerse encima de la mesa. Paco López ya transmitió que quizá es utópico pedir ese "algo más que la permanencia" que demanda la parroquia granota con el roster de jugadores que ha presentado el equipo esta temporada. Y difícilmente será mejor la plantilla que viene.
Aún así, no solo la planificación deportiva es lo que envuelve el pitido inicial del próximo proyecto. También la caída en picado de un Levante que, a la postre, ha firmado la peor recta final con el técnico de Silla al frente. Unos 9 de 39 puntos posibles que afectan y mucho a la hora de repensar el plan con un Paco López al que le resta un año más de contrato, hasta 2022. También en el foco de la lupa del levantinismo, el entrenador valenciano será otro punto de debate en los próximos meses en los despachos de Orriols.