VALÈNCIA. Si los casos de COVID detectados en el RCD Espanyol no lo impiden, el Valencia CF afrontará su último partido de 2021 a poco menos de 8 horas de que el personal esté engullendo las uvas y deseándose un feliz año nuevo. Al Valencia le toca abrir Mestalla para cerrar el año en un horario que ha levantado cierta controversia por su incomodidad dadas las fechas utilizadas para programar el encuentro. El mismo Bordalás lo declaró en la previa del partido ante el Celta: "No me parece lo más justo y espero que haya una modificación porque eso implica tener menos descanso que el resto. Pude hablar con Anil ayer y estábamos de acuerdo en que teníamos que solicitar un cambio para no vernos perjudicados en ese sentido".
No hubo cambio y el club de Mestalla tendrá que jugar en el día de nochevieja. Y no hubo modificación, porque pese a que Bordalás dijo que lo habló con Anil, LaLiga insiste en que el departamento de Competiciones avisa del horario en el que va a colocar un partido previamente a ambos equipos. Con el OK de ambos, y una vez anunciado públicamente, que LaLiga dé marcha atrás es una absoluta quimera, por mucho que Murthy le asegurara a Bordalás que iban a pelear por cambiar el horario del Valencia-Espanyol.
Otra cosa bien distinta es que LaLiga sepa que tiene a los clubes tan dominados con el tema del dinero (antes el de las TV, y ahora el de CVC también) que cuándo les llama para comunicarles un horario, los equipos no se van a oponer ni a objetar nada.
En el caso del Valencia CF, Javier Tebas duerme muy tranquilo. Sabe que puede hacer con el club de Mestalla prácticamente lo que le venga en gana, que su propietario nunca va a oponer resistencia alguna a la hora de defender los intereses del club -y mucho menos los de los socios y aficionados-. La relación entre el dirigente de la asociación de clubes y el máximo accionista del club de Mestalla es inmejorable y se refleja en el constante apoyo del presidente de la patronal a la gestión de Lim (entre otras cosas ha llegado a hablar de xenofobia en Valencia al ser preguntado por el descontento, Murthy fue uno de los presidentes que compareció en una rueda de prensa junto a Tebas para atacar la Súper-Liga de Florentino, se ha hablado desde la Liga de "gestión modélica" cuando se publicó el límite salarial en la que los de Mestalla eran el último club de la categoría, o da órdenes para que la televisión censure las protestas en Mestalla contra la propiedad) le hace tener la absoluta tranquilidad a la hora de utilizar al club blanquinegro como "cobaya" para los horarios más incómodos.
En el caso de las Navidades y el Valencia (desde que la Liga fija los horarios, y Meriton es el accionista mayoritario del club), es la tercera ocasión en los últimos años en que la Liga dispara sin piedad contra los de Mestalla, sabedor de que no va a recibir respuesta alguna. La primera de ellas fue en la temporada 2015/16, en aquel momento La Liga fijó un Villarreal-Valencia en el Estadio de La Cerámica el el 31 de diciembre a las 16 horas. En aquel momento Tebas salió con la excusa de experimentar para copiar el "Boxing day" inglés. La falsedad cae por su propio peso, dado que el Boxing Day se juega en las fechas de Navidad y no en las de cambio de año, y porque esa ocasión fue una concesión de Liga y AFE a RFEF para acabar antes la competición y que Vicente Del Bosque tuviera más fechas para poder preparar el Europeo de ese verano. Sin el permiso de AFE para jugar en esas fechas, no había nada que copiar de la Premier pese a las palabras del presidente de la patronal. De hecho, no se han vuelto a programar partidos en esas fechas hasta este año (el convenio obliga a parar un fin de semana en Navidades, pero no especifica en cuál debe detenerse la competición).
Ese mismo año, no tardó mucho Tebas en tirar de su "cobaya" particular para colocarlo en otro horario incómodo para esas fechas. Por aquel entonces (época todavía de Ángel María Villar como presidente de la RFEF), La Liga gestionaba toda la Copa del Rey (horarios y formato de competición), exceptuando la final. Así que al Valencia le colocaron un encuentro de octavos de final de Copa del Rey ante el Granada el mismo día de Reyes (6 de enero) a las 16 horas. El descontento fue mayúsculo dado que la tradición valenciana de la comida familiar el día de Reyes impedía a muchos socios (y por consiguiente a sus hijos) acudir al encuentro en lugar de aprovechar una fecha festiva y familiar para acudir a Mestalla. El pinchazo de público en las gradas fue notable.
Así que este año, habrá muchos planes rotos para esa tarde ya que quien hubiera planeado un fin de año fuera de la provincia -o similares- tendrá que elegir entre acudir a Mestalla o cumplir con sus planes de tomar las uvas. No es fútbol, es La Liga.