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análisis | la cantina

La ‘Wambamania’ ha llegado a la NBA

23/06/2023 - 

VALÈNCIA. La NBA anda revolucionada ante la inminente irrupción de Victor Wembanyama, un espigado chico francés al que todo el mundo da como indiscutible número uno del draft de esta noche. Los escritores del ‘New York Times’ aseguran que nadie había llegado con ese aura desde LeBron James. Y corren ríos de tinta diciendo que este joven de 19 años está llamado a cambiar la historia de una franquicia tan laureada como la de San Antonio Spurs. Texas será un buen destino, aparentemente, para el francés. Allí jugaron y brillaron dos compatriotas suyos: Tony Parker, que no ha parado de darle consejos desde que era un adolescente, y Boris Diaw.

Wembanyama es interminable. Mide 2,20 y tiene una envergadura de más de 2,30. Pero lo mejor es que, desde niño, siempre ha querido ser mucho más que una torre. ‘Wemby’ ha desafiado a muchos entrenadores que le insinuaban que era mejor no botar demasiado o tirar de lejos. El año pasado, en octubre, jugó dos partidos de exhibición en Las Vegas. En el primero logró 37 puntos, con siete triples, y cinco tapones. Todo el mundo estaba encantado con él, pero el ala-pívot salió malhumorado de la cancha porque su equipo había perdido. El segundo partido fue diferente: volvió a hacer grandes números -36 puntos, once rebotes y cuatro tapones-, pero ese día sonrió. Su equipo había vencido.

La gran promesa del baloncesto, el líder de toda una generación, es el hijo de dos deportistas. Su madre, Elodie, entrenadora y exjugadora de baloncesto, parece ser que que fue la persona que guio a Victor hacia este deporte con cuatro años. Su padre, Félix, congoleño, practicó el atletismo de joven y llegó a saltar 7,41 en longitud y 15,54 en triple, marcas notables, aunque lejos de la élite de este deporte. Su hermana mayor, de 21 años, y el menor, de 15, también juegan al baloncesto.

Victor nació en Le Chesnay, un suburbio de París próximo a Versalles. Uno de sus entrenadores en su etapa de formación fue Karim Boubekri, un tipo obsesionado con fomentar las habilidades de los jóvenes. Su visión como técnico cambió el día que se encontró cuatro cintas de VHS bajo un título sugerente: ‘Pistol Pete’s Homework Basketball’, unos vídeos con consejos de Pete Maravich para mejorar los fundamentos del baloncesto y el control de la pelota mediante algunos ejercicios poco ortodoxos.

A raíz de ese hallazgo, Boubekri podía aparecer en la cancha, y Wembanyama lo ha vivido, con unos guantes de portero, una bolsa de plástico o una cuerda. Herramientas sorprendentes para mejorar la habilidad en el bote del balón. Ahí se fraguó la pericia que hoy ha deslumbrado al mundo. Wembanyama, además, jugó en las cinco posiciones en el Nanterre.

El último año jugó, y encumbró, en el Metropolitans 92, un modesto equipo que, eso sí, se configuró para facilitar el crecimiento de su estrella, predestinado desde hace cinco años a la NBA. El anuncio de su fichaje hizo que Vincent Collet, seleccionador nacional y entrenador del equipo, se quedara al lado de Wembanyama, a quien, por otra parte, nunca le han faltado mentores y asesores de la talla de Tony Parker o Rudy Gobert, quien dice del fenómeno que tiene “sed de conocimiento”.

La cancha de su equipo, que apenas llegaba a los tres mil asientos, no tardó en quedarse pequeña. Todo el mundo, ojeadores incluidos, querían estar en el Palais de Sports Marcel-Cerdan cada vez que jugaba el chaval. Su fama iba derrumbando muros hasta que San Antonio Spurs ganó el derecho a quedarse con el número 1 del draft, que va a llevar su nombre pese a que hay otros jugadores interesantes como Brandon Miller, Scoot Henderson y alguno más.

La ‘Wembamania' ha llegado a Estados Unidos en el mismo vuelo que Victor. El jugador de 19 años va de cadena en cadena de televisión y ya ha hecho el saque de honor en un partido de béisbol de los Yankees, donde vistió una camiseta con el número 5 de la leyenda Joe DiMaggio. Aunque se resiste a renunciar a sus últimos días antes de convertirse en una celebridad y pidió ir al estadio de los Yankees en metro. Wembanyama se coló por la estación de Columbus Circle y viajó en el tren hasta el Bronx.

Ahora todo el mundo especula sobre su capacidad para acarrear tanta presión. Los periodistas repasan la historia de la NBA en busca de jugadores como Greg Oden, números uno del draft que fracasaron en la mejor liga del mundo. Wembanyama, un chico que se interesa por la cultura, que ha madurado deprisa, no tiene miedo. “Bajo presión, siempre he jugado mejor”, dice. El nuevo talento del baloncesto, el jugador que llegará a la Liga en la que este año ya ha reinado un europeo -Nikola Jokic-, pasea por Nueva York mientras repite la misma frase a todos los reporteros: “Quiero superar todas las expectativas”.

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