Hoy es 15 de octubre
ALICANTE. No, la cuenta pendiente no tiene que ver con aquella negociación fallida entre Enrique Ortiz y Toni Freixa de junio de 2021, no hay ningún problema con la facturas de las famosas pizzas. La 'deuda' que se quiere cobrar el Hércules este domingo se generó un mes antes de aquel pintoresco episodio (hasta para la entidad del Rico Pérez).
Corría el mes de mayo, la denominación oficial del próximo rival del Hércules no era la de Club de Fútbol Badalona Futur sino la de Unió Esportiva Llagostera y ambos conjuntos peleaban en la extinta Segunda División B por hacerse un sitio en la futura Primera Federación. Ese Hércules, que entonces entrenaba Manolo Díaz y tenía en su plantilla a Ez Abde, empató a tres sobre el verde artificial del Nou Municipal de Llagostera en el último encuentro de la segunda fase del curso 2020/21, resultado que le condenó a competir la siguiente campaña un escalón por debajo, en Segunda Federación. No fue un descenso como tal porque los rectores de la Real Federación Española de Fútbol de entonces (esos que hoy desfilan ante un juez y que en aquellos meses tuvieron tanto que ver en que el equipo blanquiazul jugase cuatro partidos en once días) estaban creando una división nueva, por encima de aquella en la que competía el Hércules... pero la realidad es que este pasó a estar a dos saltos de categoría y no a uno de regresar al fútbol profesional. Y ahí sigue.
Precisamente un ascenso de categoría directo, sin pasar por un 'play-off', es lo que estará el domingo en juego entre Badalona y Hércules sobre el verde artificial del estadi Hipòlit Planàs de Vic (la nueva casa de los esacapulados hasta que vuelvan a mudarse, cosa que tienen previsto hacer este verano). Los blanquiazules llegan a las dos últimas jornadas de la fase regular en el grupo 3 de Segunda Federación como líderes con 59 puntos, seguidos del Lleida con 58, del Europa con 57 y del Badalona con 56; este domingo, a la misma hora en la que Vic acogerá el citado duelo directo, en el Camp d'Esports se verán las caras el Lleida y el Europa. Y siete días después, con motivo de la última jornada, el estadio Rico Pérez acogerá un envite entre alicantinos e ilerdenses, mientras que el Europa y el Badalona se medirán a dos conjuntos que ya no se juegan nada: el primero recibirá Espanyol B y el segundo visitará a La Nucía.
Está todo tan apretado y hay tantos enfrentamientos directos pendientes que no hay nada decidido por mucho que resten dos jornadas por disputarse. El hoy líder puede acabar la fase regular como quinto, por ejemplo (de ahí que Rubén Torrecilla haya programado entrenamientos a puerta cerrada durante toda la semana). Es verdad que ahora mismo el Hércules y el Badalona dependen de sí mismos, pero se trata de algo que solo seguirá siendo así de cara a la última jornada para el que gane el duelo del domingo. Hay casi tantas combinaciones que les favorecen como que les perjudican pero, básicamente, la derrota este fin de semana convierte en ínfima sus opciones de campeonato. El empate también las reduce, pero no tanto. Y la victoria las dispara, especialmente en el caso del Hércules si ese resultado va a acompañado de un empate en el Lleida-Europa, pues para proclamarse campeón y ascender en la última jornada le valdría con sumar un punto.
Hace un mes era más propio de la ciencia ficción la posibilidad de que el equipo de Rubén Torrecilla llegara a tener alguna opción de pelear el campeonato. Sin embargo, cuatro victorias consecutivas de los blanquiazules (algo que no habían hecho en lo que llevábamos de curso, como tampoco ganar en un terreno de césped sintético radicado en Cataluña, cosa que consiguieron hace dos semanas en Manresa) y otras tantas derrotas del Badalona (que acusa la pérdida del técnico Ferran Costa, desde pirncipios de mes dirigiendo al Andorra en LaLiga Hypermotion) lo han permitido.
Y con ello la ilusión del herculanismo que, no obstante la distancia existente entre Vic y Alicante, va a desplazarse para arropar al equipo este domingo. Además de los dos centenares de aficionados que van a viajar en los cuatro autobuses que se fletan, muchos lo van a hacer por carretera y algunos por avión. Fe de ello da cuenta el Badalona, que se frota las manos con la cifra de entradas vendidas entre la afición blanquiazul, no obstante su precio (25 euros). El Hipòlit Planàs cuenta con un aforo de 3500 localidades y es muy posible que el domingo sean más de 500 los herculanos presentes en el mismo (Freixa avanzaba este martes en una entrevista en COPE Alicante que ya se habían vendido 400 entradas). Para aquellos que no se desplacen existe todavía la posibilidad de poder seguir el choque por televisión, aunque esto último se haya complicado en las últimas horas.