VALÈNCIA. Lo que más me ha gustado de las entrevistas que han concedido Manolo Salvador y David Navarro es el mensaje firme sobre los más cotizados. Que evidentemente no están en el mercado. Que el mejor fichaje es la continuidad del bloque, con esos jugadores franquicia llevando la bandera. Que el que quiera incorporar a Aitor, Campaña y/o Bardhi tendrá que poner mucha pasta sobre la mesa porque no urge vender como así ha transmitido Quico Catalán de puertas para dentro. Porque el propósito es seguir progresando alrededor de la estructura que ha firmado la segunda mejor clasificación de la historia con 49 puntos. El Levante lleva las riendas, puede marcar las reglas del juego en las negociaciones, ya que los tres están blindados y con unas cantidades de salida incuestionables, al margen de esas ‘letras pequeñas’ que puedan existir a título particular. Nada de ofertas pírricas. Ni sondeos por si suena la flauta. No estamos para regalar ni perder el tiempo.
El crecimiento deportivo pasa por no descapitalizar una plantilla con brotes verdes y, sobre todo, con una seña de identidad definida desde el banquillo. Paco López cuenta con el respaldo de la directiva, el respeto de la plantilla y la tranquilidad que aportan los resultados. La nómina de jugadores con contrato en vigor para el proyecto 2020/2021 es enorme: Aitor Fernández, Koke Vegas, Cárdenas, Coke Andújar, Miramón, Toño, Clerc, Vezo, Duarte, Postigo, Róber Pier, Radoja, Vukcevic, Melero, Campaña, Bardhi, Rochina, Morales, Hernani, Sergio León y Roger; el embudo de los cedidos con Luna, Doukouré (que hasta enero no va a poder estar por lesión), Fran Manzanara, Ivi López, Pepelu, Sadiku y Dwamena (condicionado por su problema cardíaco); el centrocampista Pablo Martínez, la apuesta de Paco del filial que ha ampliado su contrato hasta el 30 de junio de 2024, y los fichajes de Malsa y Son. Además, en la ‘nueva normalidad’, Giorgi, Joan y Blesa fueron los tres jugadores del Atlético Levante que contaron con minutos. El segundo, recién renovado hasta 2021, con opción a dos temporadas más, ocupa una de las posiciones rastreadas por la dirección deportiva.
La hoja de ruta pasa primero por dar salida a esos futbolistas a los que se le ha trasladado que van a tener un rol secundario, testimonial. Son los catalogados como transferibles, aunque esa etiqueta la han recibido con palabras más edulcoradas. Una soga que asfixia por el tapón en el Fair-Play financiero y porque el mercado se ha devaluado más que nunca. Cada caso tiene su miga, el que más polvareda suscita es el de Pepelu, que hará la pretemporada y, en palabras de Manolo Salvador, “poco a poco se decidirá su rol”. En Portugal ha madurado. Al Tondela fue para crecer y lo ha demostrado con creces. La guinda ha sido el penalti en el minuto 89 que le dio el domingo la permanencia a los suyos. Las lágrimas de su entrenador (Natxo González) tras esta lección de carácter, galones y responsabilidad se han hecho virales. Ha jugado 33 partidos, todos de titular.
Por Campaña es la misma cantinela que el verano pasado. Ahora reforzado por un paso adelante que ha ratificado su progresión, rozando la llamada de la selección absoluta. Su cláusula es de 60 millones y tiene contrato hasta 2023. En la normalidad previa al confinamiento no saldría por menos de 30. Ahora no se descarta la posibilidad de que entre algún jugador en la operación que pueda interesar. El sevillano es capitán general en Orriols, el futbolista mejor pagado de la plantilla, pero su pretensión es participar en Europa y trasladará su deseo de cambiar de aires si aparece esa propuesta que le satisfaga. Pero si la oferta no llega a las cantidades que barrunta el club será una quimera que pueda decir adiós. Su hipotética salida sería porque sobre la mesa tiene un proyecto con objetivos deportivos y argumentos económicos superiores a los que le puede ofrecer el Levante. Esa es su voluntad. En lo personal no ha manifestado que quiera abandonar al club que le ha devuelto al primer plano después de dar tumbos por el continente. El nombre del Sevilla siempre está ahí y ahora Unai Emery podría haber pedido su fichaje como sustituto de Cazorla en el Villarreal. Insisto que por Aitor, Campaña y/o Bardhi no hay una necesidad imperiosa de traspaso, otra cosa es que a las oficinas del Ciutat irrumpa una oferta irrechazable por cualquiera, que todavía no ha llegado, y haya que analizarla al detalle.
¿Cuánto dinero hay para mejorar la plantilla?
En sus comparecencias, Manolo Salvador no ha escondido que “el presupuesto será parecido al del año pasado o a lo mejor un poquito menos por el tema del Covid”. Aún no hay un desglose definido al cien por cien. Hay condicionantes como el notable descenso en los ingresos que ha provocado el cierre de los estadios a causa de la pandemia, y ya veremos hasta cuándo porque aún no se vislumbra que los partidos dejen de ser sin público, y la prohibición de la publicidad de casas de apuestas (1,3 millones de euros en el caso del Levante). Es un ‘problemón’ tener que acabar parcheando la camiseta para ocultar el logo del sponsor. Los clubes persiguen una moratoria para salvar el curso que se avecina y paralelamente ya se han puesto manos a la obra en la búsqueda activa de nuevos patrocinadores para la 21/22. Entienden y aceptan el espíritu de la ley, pero también que debe producirse un acuerdo global que no les perjudique de forma inmediata.
La capacidad para engordar las arcas con las salidas de jugadores (principalmente esos cedidos que no entran en los planes deportivos) es primordial para poder inyectar un plus a una plantilla que tendrá pocas caras nuevas más. Ya son oficiales los fichajes de Son y Malsa (ambos hasta 2024), que suponen un alivio al llegar libres de contrato y siendo importantes en LaLiga SmartBank con la Ponferradina y el Mirandés. Pese a las exigencias económicas que ha provocado la crisis, el Levante no ha frenado su maquinaria para encontrar esas piezas que adornen un engranaje que está preparado para dejar atrás los mínimos y apuntar a cotas superiores. Es evidente que se ha hecho un trabajo en el mercado de Segunda con las dos primeras incorporaciones, que puede que no sean las únicas desde esta ‘vía de plata’, adelantándose a otros clubes, incluso de Primera y extranjeros, y que hay un seguimiento de jóvenes jugadores de otras Ligas con argumentos para apostar por ellos. Lástima que hay poco margen de movimiento para echar el resto.
Manolo y David han manifestado que no es necesario firmar un central salvo que alguno pida salir. No estoy de acuerdo y además creo que lo están buscando. No hay que olvidar dos escenarios: Duarte no le ha entrado por los ojos a Paco López, aunque en el cierre ante el Getafe firmó un encuentro notable, y que Róber Pier reapareció el 28 de junio después de 413 días en la enfermería por la grave lesión de rodilla que sufrió en la permanencia de Girona. Hay que tener paciencia con él para que vuelva a ser el que era. Más en rojo está señalada la llegada de un hombre de banda natural y eso que el que ha tenido este curso el míster de Silla a sus órdenes (Hernani, que además le buscan acomodo) apenas ha mostrado unos fogonazos y le ha penalizado que es un ‘alma libre’ sin esa exigencia defensiva que requiere una competición de primerísimo nivel. En ataque, el deseo es que el relevo de Borja Mayoral sea Borja Mayoral, aunque en una puja al mejor postor el Levante tiene todas las de perder. A favor juega que al primero que va a escuchar el ariete de Parla es al club granota, que peleará hasta el extremo por encontrar la fórmula para adelantar a esos competidores (Getafe y un Lazio de Champions) que ahora le sacan unos kilómetros de distancia. Se va a intentar por todos medios. Ojalá se quedara. Es el complemento perfecto en ataque junto a un goleador como Roger, al que se le pretende mejorar y en cuyo contrato figura esa posibilidad de salida de 12 millones de euros que obligaría a replantear su situación, y un Morales cuya vinculación también está pendiente de solucionar y estoy convencido de que se llegará a un acuerdo para renovar su contrato “porque lo ha dado todo en el campo”, como así ha repetido Salvador en sus entrevistas.
El tercero en ataque es Sergio León, que ha suspendido esta temporada. El contador del ‘7’ se pondrá a cero, intentará cambiar las tornas y reivindicarse, ya que se antoja complicado encontrarle un destino que subsane el traspaso realizado el verano anterior y que al de Palma del Río pueda encajarle tanto económica como deportivamente. El último asunto sobre la mesa es la renovación de Rochina, que acaba contrato en 2021. En palabras de David Navarro, es “un tema más delicado”. Hay predisposición al acuerdo por todas las partes, pero aún quedan capítulos por escribir para cerrar la continuidad del ‘16’ en negro sobre blanco.