VALÈNCIA. Pablo Martínez será sometido a pruebas a lo largo de la mañana de este lunes. El centrocampista salió con cara de pocos amigos del Ciutat, contrariado tras los sollozos una vez se produjo la lesión y con el ánimo de sus compañeros. Sin apoyar su rodilla izquierda y con muletas, la lesión de Pablo "tiene mala pinta". Así lo definió Javi Calleja en sala de prensa, aunque el técnico prefirió esperar a los resultados definitivos de una lesión cuya sensación es que va a apartar a uno de los futbolistas mñas en forma del Levante lo que resta de temporada.
El madrileño cayó solo tras una carrera en banda izquierda. El aparatoso gesto y los reclamos del jugador, que desde el primer momento supo que se había acabado su partido -si no la temporada-, apuntaron directamente a la rodilla y helaron al Ciutat. Afición granota y la visitante ubicada en el Gol Orriols aplaudieron al centrocampista, que se marchó en camilla, tapando su rostro con una toalla. Rivales, a su paso por el banquillo del Albacete, y el propio Javi Calleja se acercaron a preocuparse por el estado de Pablo, aparentemente bañado en lágrimas.
Es una lesión que cuesta de digerir. No solo para el propio futbolista, en el mejor momento de su carrera y pieza fundamental en la medular levantinista, sino para la maltrecha enfermería del Levante. A la espera de Campaña y con Iborra recién reincorporado tras el pequeño parón por culpa de su aductor brevis, es una baja más en la larga lista de contratiempos. En principio, debe de vaciarse el sanatorio de cara a la próxima semana con Soldado, Camapaña y posiblemente Postigo de vuelta.