VALÈNCIA. El Levante UD logró otra trabajada victoria (3-1), la octava consecutiva y la décima en las últimas 11 jornadas de la Finetwork Liga F, que le acercan todavía más a completar una temporada de ensueño. Las sospechas de que el Alhama CF llegaba con intenciones aviesas no eran infundadas. Las discípulas de Randri García se adelantaron en el encuentro pero el equipo azulgrana se rehízo rápidamente y, con sendos goles de Érika y Tatiana Pinto, le dio la vuelta a la situación. La primera de ellas se encargó finalmente de firmar un doblete para dar tranquilidad a un conjunto dirigido por José Luis Sánchez Vera que ya piensa en el desplazamiento a Vitoria para medirse al Deportivo Alavés.
La escuadra murciana dio el susto nada más superarse el cuarto de hora de juego. Una mala salida desde atrás provocó la recuperación de las visitantes para que Raquel anotase a puerta vacía. Tras lo sucedido en Alhama CF hace no demasiado tiempo, los gestos se torcieron pero Érika devolvió la sonrisa en el 23’: tras un disparo de Paula Fernández, la de Colombres, bien situada, recogió la pelota de un rechace y la envió al fondo de las mallas. Pero las cosas no serían tan fáciles. El rival asfixiaba a las levantinistas con su presión uno a uno y, además, intentaba morder arriba, como demuestra el remate al poste de Raquel a la media hora. Estela devolvería el golpe a la madera a poco del final en una doble ocasión que de milagro no supuso el 2-1.
La contienda, tras el descanso, precisamente siguió siendo un intercambio de golpes en los primeros compases de la segunda mitad. En el 56’, Tarazona detenía un trallazo de Daniela y poco después la cancerbera del Alhama CF le haría un paradónb a Mayra Ramírez, dejando las cosas en su sitio. Sánchez Vera escuchó los tambores de guerra y metió la ‘leona’ Tatiana Pinto en el centro del campo y le salió bien la jugada. En el 60’, Paula Fernández serviría una falta lateral hacia la frontal del área y la portuguesa, con todo, colaría el esférico por la escuadra. El golpe fue demasiado duro para las murcianas, que verían cómo Érika, a 20 minutos del final, ejecutaría la sentencia.