Hoy es 4 de octubre
VALÈNCIA. La inconsistencia de la comparecencia de Bordarás del pasado lunes no cambia en absoluto mi percepción en cuanto a sus capacidades como entrenador. Sigo pensando que se trata de uno de los mejores entrenadores que el Valencia podría permitirse en una época de vacas flacas como la que transitamos. Sí me decepcionó su tono condescendiente para con quién le ha engañado a él y viene engañando durante mucho tiempo a todo el valencianismo. Bordarás perdió el lunes la oportunidad de defender a una afición que necesita más que nunca de aliados . Seguramente para sus intereses particulares será más productivo callar y mirar para otra parte por lo que pueda venir pero para quienes necesitan referentes y habían visto en él uno de ellos, constituye una decepción que alimenta la sensación de soledad que sienten al ver tan pocas caras conocidas de entrenadores y ex jugadores a la cabeza de las movilizaciones contra la tiranía del ‘amo’.
Porque uno de los grandes problemas del Valencia, aunque tiene muchos, pasa por la imposibilidad de generar un proyecto deportivo mínimamente solvente porque la propiedad ha decidido ‘cortar’ el equipo y cada año se busca un chivo expiatorio al que echarle la culpa de los malos resultados. Se trata de ruido en verano, entretener al personal e intentar que no dirija su mirada acusadora hacia donde no interesa que la dirija. Bordalás ha sido ninguneado aunque él dijese en la rueda de prensa que nunca le han ninguneado y que nunca se dejaría ningunear. Ha preferido mirar por su futuro y es totalmente lícito aunque … decepcionante.
Veremos cómo le va a su sustituto en el banquillo. Gattuso desplegó el jueves todo el repertorio propio de un técnico italiano, latino y canchero. Sabe perfectamente cómo manejar su lenguaje corporal y modular su discurso para meterse a sus interlocutores en el bolsillo: apela al sentimiento de pertenencia, se cuela en la epidermis del aficionado y le endulza el huido con entrega, fuego, coraje, alma y vida. Un discurso que tradicionalmente funciona en el mundo del fútbol que, desde mi humilde punto de vista, no es absoluto criticable pero que hay que refrendar con hechos para que no acabe sonando hueco. Pero hubo muchos detalles que dejan ciertas dudas inquietantes. Atendiendo a la forma que tuvo de explicar los casos de Guedes, Soler y Gayá da toda la sensación de que no le han transmitido una información veraz. Da la sensación de que este Valencia de Meriton, una vez más, pretende cargar la mochila de la culpa a los futbolistas que puedan marcharse y a su entrenador venderle la moto de que son ellos los que se quieren ir cuando en realidad están subastando. Si Gattuso no lo tiene claro solo tiene que preguntarle a su representante que ofreciendo a Soler -pese a no ser su agente- por cada despacho que pisa. Me preocupa que Gattuso entre en ese juego porque ese tipo de artificios suelen terminar en incendio. El hecho de que combine su intención de rehabilitar a futbolistas fracasados y que, de paso, sea capaz de augurar buenas prestaciones por parte de futbolistas como Racic o Koba, a uno le hace pensar que en realidad sí le han explicado cómo está el panorama y pretenden convertirlo en el portavoz de una política que, como viene siendo habitual, consistirá en darle mucha bola a futbolistas intrascendentes generando un caldo de cultivo propicio cuando, en realidad, los grandes futbolistas los estás vendiendo en muchos casos y mal vendiendo en la mayoría de ellos. Resulta difícil creer que un entrenador representado por Jorge Mendes y que pasa tres días en Singapur con el ‘amo’ vuelva con una idea que dista tanto de la realidad. Aquí hay gato encerrado: o la liga ha suprimido el control económico de los clubes y, por tanto, ha liberado al Valencia de la necesidad de rebajar su límite salarial de una manera drástica antes del mes de diciembre, o Peter Lim lleva entre manos una generosísima ampliación de capital que volverá ,de manera inmediata, a dotar de recursos al club para hacer una inversión importante de su plantilla o simple y llanamente a Gattuso le han engañado de la misma forma que hicieron con Bordarás, con Javi Gracia y con todos los que han ido pasando en los últimos años por el banquillo. Si le han mentido a la cara y es un engañado más, no tardará desatarse la tormenta porque Gattuso es lo menos parecido a un ‘lindo gatito’ cuando intentan ‘chulearle’ -solo hace falta recordar aquel fiero futbolista que se empoderó en el fútbol italiano- pero… si no se trata de un engaño y se trata de un papel que él acepta interpretar mientras Lim vuelve a estafar a la afición Valencianista, la cosa sería todavía peor. El tiempo dirá.