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Llueve sobre mojado en Orriols

20/11/2021 - 

VALÈNCIA. Un Levante de récord. 22 partidos consecutivos sin conocer la victoria. 14 esta temporada. 6 con Javi Pereira al mando de la nave. Muy cerca de la plusmarca que en 1998 escribió el Sporting de Gijón con letras de otro: 24 choques consecutivos sin ganar. Nunca nadie desde entonces se ha acercado a esa cifra y el cuadro de Orriols está a solo dos citas de hacerlo realidad. Con el agravante, además, de que ya desde hace varias jornadas lucha contra la leyenda: si solo el Valladolid hace casi 40 años logró salvar la categoría con un arranque de Liga sin un triunfo en los 12 primeros duelos, el dato actualizado reza que nadie con un inicio de 14 sin victoria ha evitado la tragedia.

Por más que las sensaciones del equipo ante el Athletic mejoraran con mucha diferencia las mostradas frente al Granada y con holgura lo visto en Vitoria antes del parón, el Levante va cuesta abajo y sin frenos. Parece que incluso el miedo a ganar un partido se ha apoderado de una plantilla que ya no se acuerda de lo que es sumar de tres. Ni mucho menos de lo que significa ser superior con claridad sobre su rival. Pereira no pudo afirmar que los suyos merecieron ganarle a los de Marcelino, solo que el Levante "buscó más la victoria". Y es cierto que las estadísticas apoyan la versión del entrenador extremeño: los granotas miraron más a Unai Simón que los vascos a Cárdenas (15 disparos por 7 del Athletic), jugaron más en campo rival que el oponente (un 31% del tiempo con la pelota en juego), incluso dispusieron de la oportunidad más clara del encuentro (la que propició el paradón del meta titular de la Selección Española). 

Sin embargo, no solo de datos beben los partidos. Nico Williams tuvo las dos últimas del partido: una en la que apareció Cárdenas, otra que el de Terrasa no pudo más que mirar la trayectoria de un balón que se perdió a pocos metros de su marco. Y es que llueve sobre mojado en el Ciutat. En sentido figurado y literal. No solo por la tormenta que provocó el fallo del sistema de liberación de agua de la cubierta del estadio, sino también porque la historia, de alguna forma, se repite. También en Vitoria el combinado de Pereira lanzó más veces a portería, probó más a Pacheco, pero aún así acabó sucumbiendo en el descuento. Incluso en el empate a 2 contra el Atlético de Madrid el Levante lideró esa estadística en frente del vigente campeón. En ambos encuentros, sobre todo en Mendizorroza, el pacense salió contrariado por el resultado cosechado, con el argumento del merecimiento por bandera -y los datos no le quitaban la razón-, pero la realidad definitiva es que los suyos no lograron la ansiada victoria que se resiste demasiado. 

Lo peor, que el calendario se complica. El final de la primera vuelta se tiñe de negro: la próxima visita al Villamarín no invita, de inicio, a aterrizar en Sevilla con positividad. Y después llegará la Copa para dar paso a un último poker con Osasuna, Espanyol, el derbi ante el Valencia y el del Villarreal. Para el Levante, hoy, un tourmalet. Mucho que pedalear en una cuesta que ya se ha empinado demasiado. Coronar esta cima ya es toda una aventura contra corriente. El empate del Celta contra el Villarreal o el punto del Alavés en casa del Sevilla continúan abriendo brecha a falta de lo que hoy mismo hagan rivales directísimos como el Getafe o el Elche. "La tranquilidad la dan las victorias", decía Pereira en la previa del partido del viernes. Y sin ese triunfo el terreno ya está embarrado.

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