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Lo mejor y lo peor del 2020 del Levante

31/12/2020 - 

VALÈNCIA. Un 2020 con luces y sombras. El Levante cierra el año en una situación liguera que quizá no esperaba al concluir el curso pasado, con puntuación histórica incluida. El descanso entre temporadas llegó para el levantinismo aderezado con la convicción de que esta tendría que ser la campaña del salto, la de caminar algún paso por delante del objetivo manido de la permanencia... pero la realidad a estas horas es bien distinta. Lo peor, sin duda, ha llegado de la mano de una pandemia que paralizó el mundo y que, como a todos, también afecta al club granota, pero otros momentos sombríos más particulares también se han pasado por Orriols. 

Sin embargo, tampoco han sido pocos los destellos en un 2020 de vaivenes. La flamante nueva casa de todos los granotas tras el regreso del equipo al Ciutat de València, victorias ilusionantes y la segunda mejor puntuación del Levante en Primera División comandan la lista de buenos momentos del equipo de Paco López este año.

El último estallido de emoción en el Ciutat

Fue el 22 de febrero, tras dos meses de 2020 y con la pandemia a punto de estallar en España, cuando el Levante se llevó por delante al Real Madrid en el Ciutat. Fue el último estallido de júbilo del levantinismo en su butaca, esa en la que no se ha podido volver a sentar desde el empate, dos semanas después, ante el Granada a las puertas del derbi ante el Valencia. 

El golazo de Morales a once minutos del final dejó a Zidane tan helado como a Courtois cuando vio entrar ese balón escorado en su portería. Precisamente el Comandante no pasaba por su mejor momento en el equipo, alternaba suplencias con titularidades como la de aquel encuentro, y protagonizó un zarpazo no solo para la victoria sino también en lo personal. En la temporada postpandemia fue más importante y arrancó el curso actual como un cohete antes de estabilizar de nuevo su rendimiento tras un pico importante. El capitán también ha tenido, de hecho, luces y sombras en 2020.

Segunda mejor puntuación en Primera Divisón de la historia del club

Desde 2014 no se veía nada igual en el Ciutat de València. Entonces el Levante de Caparrós logró 48 puntos y terminó clasificando décimo para conseguir la que entonces era la segunda mejor puntuación del club en Primera División. Ese récord ya está en las vitrinas de casa de Paco López. El Levante consiguió terminar el curso pasado en La Nucía con la tranquilidad de no mirar abajo en los últimos compases como había pasado el curso anterior -con la salvación en la penúltima jornada en Girona- y marcando 49 puntos en la tabla. La posición fue peor -12º- y el equipo se sirvió de dos triunfos en las dos últimas fechas del campeonato para adjudicarse tal hito. Eso sí, jornadas antes había pecado de relajación con dos derrotas tras asegurar la permanencia.

Por delante le queda al Levante la plusmarca de Juan Ignacio Martínez, que en 2012 cerró La Liga con los 55 puntos y la sexta plaza que permitió a los granota jugar competición europea -con participación meritoria la temporada siguiente incluida- por primera vez en su historia. En la libreta del entrenador de Silla está el logro de vivir por detrás de aquella hazaña, aunque la temporada pasada, con todo ello, estuvo subrayada por una montaña rusa constante que mantuvo al equipo con dudas y momentos clave -como las palabras en el vestuario de Buñol tras la derrota ante el Espanyol, aunque aquello ocurrió en 2019- que nunca terminaron por consolidar al Levante en un estado de ánimo estable y una zona de la clasificación. 

Un estadio para soñar con volver

La nueva casa levantinista es, sin duda, una de las cosas que hoy más han de ilusionar a su hinchada. La fase 1 de las obras se inició con problemas por la pandemia, el equipo tuvo que jugar en La Nucía como local en el final de la temporada anterior tras el confinamiento y esta tampoco se inició en suelo propio. Eso pudo incluso condicionar a la plantilla en ciertas citas en que, aunque sin público, no pisaban su césped y no veían sus colores en las butacas cuando levantaban la vista.

Sin embargo, y pese a los retrasos, las obras de la fase 1 del Ciutat de València se han llevado a cabo y Orriols ya tiene nueva iluminación adaptada a las exigencias televisivas de La Liga, megafonía renovada, videomarcadores gigantes y una cubierta que ilumina Valencia como un estadio cinco estrellas dentro de su categoría, sus dimensiones y su aforo. Por delante, la fase 2 en la que entra la fachada, zonas contiguas al estadio, accesos, vestuarios, hospitality, nuevas zonas de prensa... Pero para eso habrá que esperar a la conclusión de la presente temporada.

Ilusiones chafadas en un derbi de cara

Uno de los peores momentos del año para el Levante sucedió en la primera jornada de Liga. En un derbi con casi todo de cara, los de Paco López parecieron aprovechar la zozobra institucional y la limpeiza de plantilla del Valencia en los primeros minutos. Los granota arrancaron enérgicos y aplastando al rival de la ciudad. Recibieron un revés, y volvieron a ponerse por delante mostrando una superioridad inapelable. Era el momento para, por fin, ganar un derbi en Mestalla y urgar en la herida che. 

Pero no fue así. La segunda parte del equipo fue nefasta, se empezó a resquebrajar por una defensa que no contaba con sus dos principales puntales a estas alturas de campeonato, y de aplastar, terminó siendo aplastado. Aquella derrota fue difícil de digerir para una afición que ya creía escribir un capítulo más de la historia del club. Por pequeña que pareciera la hazaña -al fin y al cabo había en juego los mismos tres puntos que en cualquier otro encuentro liguero- representaba mucho para un levantinismo ilusionado, no solo con un derbi más 'ganable' que nunca, sino también con la campaña al completo. 

Antes, el Levante también pudo rascar en Mestalla en el primer choque postpandemia. La incertidumbre de cómo se tomarían el regreso a la competición las piernas de los futbolistas marcaba una 'nueva primera jornada' que esta vez terminó en tablas in extremis y con sabor a victoria. Entonces el vecino no presentaba heridas tan profundas como las actuales, pero sí signos de violencia por parte de su propiedad que equilibraban la balanza del derbi valenciano. El choque se decantó hacia el lado de un Valencia al que Diakhaby abofeteó con un penalti absurdo que Melero convirtió.

Una racha para temblar y el momento más crudo de Paco López en el banquillo

8 partidos consecutivos sin ganar, 5 empates a uno seguidos y una victoria en diez partidos. Así es como arrancó el curso del Levante y es lo que puso cuesta arriba la continuidad de Paco López. Eran datos que superaban incluso los nueve encuentros y un triunfo que acabaron con Lucas Alcaraz en el banquillo de Orriols -aunque sin la 'tocata' de un 0-4 para rematar y volar al técnico por los aires- y cifras que encaminaban directamente a los 15 choques sin ganar de cortaron la cabeza de Juan Ramón López Muñiz y pusieron la de Paco López en el trono. 

Finalmente, el de Silla y los suyos lograron levantar una situación con tintes dramáticos. Si bien es cierto que el juego del equipo y la puesta en escena no auguraba una catástrofe de las dimensiones de los resultados, el Levante necesitaba victorias como las del Getafe y Real Sociedad e imégenes como la ofrecida en el Camp Nou. Paco López mantuvo la confianza de la dirección deportiva y de parte del consejo, pero nadie eliminó del seno del club una situación de nervios y tensión de momento algo más calmada, aunque sin relajaciones.

Campaña, tambaleo en el mercado y necesidad de ventas

Otra de las notas negativas del 2020 para el Levante fue el verano y un mercado de fichajes que, a priori, dejó al entrenador una plantilla ligeramente peor que la del curso anterior -con la baja de Mayoral y las altas de futbolistas sin experiencia en Primera- o, al menos, con un plantel 'no mejorado'. A la postre, jugadores como Malsa, De Frutos y Dani Gómez se han hecho un hueco de calidad en la mente de Paco López, pero el curso arrancó con la falta de confianza y atrevimiento por parte del entrenador para dar minutos a las piezas menos consagradas del vestuario a excepción de Malsa, que sí tuvo su oportunidad -aprovechada- desde que pudo volver a los terrenos de juego tras sufrir contagio por Covid-19.

En el apartado salidas, es archiconocida la necesidad del club de vender por valor de 16,5 millones de euros antes del 30 de junio del año que viene, una situación ya sabida en la entidad durante el pasado mercado estival. Entonces, la realidad dicta que no llegaron grandes ofertas a Orriols por sus jugadores franquicia: Aitor, Bardhi... o Campaña. Por el sevillano sí que tocaron a la puerta con intereses importantes e intenciones firmes de desembolso, pero no con una oferta sólida, real y en forma para la mesa del Ciutat. Campaña vio con buenos ojos su marcha y el Levante se remitió a los famosos 30 kilos -la mitad de su claúsula de rescisión- que nadie envió en dirección Valencia.

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