Hoy es 14 de octubre
VALÈNCIA. No, no se trata de tener manías o de intentar ser más negativo que nadie. Por contra, me centro en el momento actual, en las últimas temporadas y en una realidad imposible de manipular. Y esa realidad es contundente y veraz. Y esa realidad indica que a fecha de hoy el Villarreal es el mejor equipo de la Comunitat Valenciana. Y no lo digo por manías ni por rencor por la gestión actual. Pero sí quiero ser justo y la realidad me indica que el Valencia de Peter Lim navega a la deriva mientras el Villarreal de Fernando Roig no para de crecer. Eso, obviamente, no tiene nada que ver con la historia de ambos equipos. Si miramos solo la historia el Valencia golea a lo bestia al Villarreal. Pero si comparamos la gestión actual y los evidentes resultados de un equipo u otro no queda otra que reconocer la verdad. Y la verdad es cabezona e indudable. Y esa verdad indica que mientras el Valencia languidece y va de más a manos por una gestión lamentable, el Villarreal, por contra, resulta mucho más sólido como empresa y mejor como equipo de fútbol.
LA REALIDAD MANDA
Ojo...que quede claro que no estoy diciendo que históricamente el Villarreal es mejor que el Valencia, en absoluto. Históricamente es indudable que el Valencia es superior e incluso posiblemente tras Madrid y Barcelona sea el mejor club de España, incluso por encima del Atlético de Madrid y Sevilla. Pero una cosa es la historia y el sentimiento que anida en el corazón de los valencianistas y otra cosa muy distinta radica en apreciar el camino que ambos clubes están protagonizando a estas alturas del siglo XXI.
NO HAY DUDAS
Y tengo una cosa muy clara. El Valencia puede estar metido en el corazón de miles y miles de valencianistas -y de alguna forma me incluyo entre ellos-, pero eso no significa no querer reconocer la realidad y tampoco significa no juzgar los méritos de ambos equipos y su devenir en el momento actual. Y ese momento es claro y rotundo, y obvio también. El Villarreal de hoy en día, esa Villarreal que si juega la Champions y disfruta a lo bestia con ella, es superior a este Valencia que hace tiempo ya no es ni siquiera capaz de clasificarse para la Uefita o Europa League de forma medianamente razonable.
TRAICIÓN A SU HISTORIA
Y la realidad, cabezona ella, nos indica que este Valencia de Peter Lim está traicionando de forma grotesca a su propia historia. El equipo deambula sin pies ni cabeza traicionando a su historia y lo más lamentable es que no se intuye un cambio positivo en la gestión de los que gobiernan al club. A mi, no se si a todos ustedes también, me encantaría ver como desaparece ese tal Peter Lim y su Meriton de la gestión del Valencia y obviamente si desaparecieran me encantaría disfrutar de un Valencia que regresara a ser el equipo bronco y copero que me robó el corazón cuando apenas era un niño enanito.
VUELVO AL PRESENTE
Vale, sí, nos queda la final de Copa contra el Betis e intentar arañar puntos en la Liga. Lo de la final de Copa es una alegría inmensa, pero no hay que olvidar que la Copa es un premio precioso y especial, pero que no representa el valor real de una gestión y de una plantilla. Es un premio extra y una alegría inmensa, pero no sirve para valorar el valor real de una entidad deportivo y futbolera, como en este caso el Valencia. Lo que manda realmente es la Liga y ahí reside francamente el valor actual de cada equipo. Y ojo, que nadie se moleste. Sí estoy diciendo el valor actual...nunca el valor sentimental. Ese valor, el sentimental, hace mucho tiempo que en esta nuestra Comunitat, pertenece por tradición y volumen al Valencia Club de Fútbol. Ahora bien, una cosa son las glorias o el pasado histórico de cualquier equipo y otra la realidad pura y dura del momento actual. Y yo no le doy más vueltas. El momento actual pertenece al Villarreal por encima del Valencia. No reconocerlo es engañarse. Y no sufrir viviendo el presente actual del Valencia y el futuro que se intuye por delante es no querer juzgar con realismo la triste situación actual. Yo sufro por el Valencia. Me duele el Valencia...pero mi cariño siempre camina en la misma dirección. Mi corazón siempre será blanquinegre. Amunt.