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Longoria implanta la política de la Juventus

Foto: Carla Cortés.
9/02/2019 - 

VALÈNCIA. Pasqual Casañ, médico del primer equipo del Valencia CF, estuvo ayer por la mañana en Tenerife. Su propósito, tal y como publicó el jueves Plazadeportiva.com, era supervisar la revisión médica que pasó en un clínica privada de la isla Jorge Sáenz, central del Tenerife, como paso previo antes de firmar por el club de Mestalla. Casañ ha tenido trabajo estos días ya que el jueves estuvo en Cádiz para seguir el mismo protocolo médico con Manu Vallejo, delantero del Cádiz, que esa tarde firmó en el hotel de concentración del Valencia en Sevilla su contrato con los de Mestalla para las próximas cinco temporadas.

El Valencia tiene prisa por atar en corto unos refuerzos que llaman la atención por su juventud y por su militancia en clubes de Segunda división, también por tener un perfil menor al caladero en el que habitualmente pesca su dirección deportiva.

Jorge Sáenz, Manu Vallejo, Jason, que llegará a coste cero, o el caso más reciente de Salva Ruiz, lateral izquierdo formado en Paterna que juega en el Mallorca, forman parte de la política de captación de nuevos talentos que comenzó a adoptar Pablo Longoria con los fichajes de Diakhabay, Uros Racic o Ricardo Campos, el portugués de 18 años que llegó a finales de agosto al juvenil desde la Juventus.

Longoria se ha asentado definitivamente al frente de la dirección del área técnica del Valencia, un departamento creado ex profeso para él desde que llegó al club procedente de la Juve hace casi un año. Hoy, en el Valencia, sigue trabajando como en la Vecchia Signora.

Longoria, que formaba parte del departamento de cazatalentos de la Juve, ha decidido, tras consultar con el director general, y director deportivo, Mateu Alemany, darle un vuelco a la política de fichajes del club y encaminarla hacía los jugadores emergentes. Mateu Alemany ha autorizado esta iniciativa, que empieza a ser importante dentro de las operaciones de mercado por su confianza en Longoria, aunque también podría responder a que el club estuviera cubriéndose las espaldas ante la posibilidad de que FIFA, que mantiene abierta una investigación sobre el club, sancionara a la entidad con la prohibición de fichar jugadores en la ventana de fichajes de verano. En ese caso, el Valencia estaría cubriéndose las espaldas por si acaso se precipitara esta sanción, aunque lo llamativo seguiría siendo la juventud y el poco kilometraje en Primera división de las piezas nuevas.

Otra explicación podría ser sencillamente económica, dada la deuda de la entidad y su permanente necesidad de vender al final de cada ejercicio. Diferentes agentes de futbolistas cuestionados sobre este cambio de proceder del Valencia en el mercado añaden otra teoría según la cual cualquier jugador joven podría ser utilizado como moneda de cambio para abaratar otras contrataciones más ambiciosas.

El Valencia trabaja a largo plazo invirtiendo en futbolistas jóvenes que se encuentran en un rango de edad que está entre los 16 y los 24 años. Esta iniciativa es calcada a la que seguía Longoria en la Juve. Se trata de fichar jugadores con potencial que acaben de llegar a competir en la élite, procedentes de las canteras de sus respectivos equipos, o de futbolistas que sigan en las categorías inferiores. El objetivo que persigue Longoria es el de llegar al talento antes que los demás. Económicamente la inversión resulta más o menos asequible en los términos que el club entienda que puede asumir, de acuerdo, naturalmente, con lo que marque el mercado para estos casos determinados de jóvenes talentos que, muchas veces, ni siquiera están protegidos por cláusulas de rescisión o contratos profesionales. Por ese agujero, en ese nicho de mercado, quiere entrar Longoria.

Mateu Alemany interpreta que el riesgo económico es mínimo, porque la inversión, salvo alguna excepción, se puede asumir. El director general entiende que solo por vestir la camiseta del Valencia el jugador sube su valor en el mercado caso de una futura venta. Otro factor importante es que la presencia de talento emergente en la plantilla puede hacer un efecto llamada en el mercado para que otros jugadores de edad y condiciones similares sepan que en Mestalla se apuesta por ellos y decidan venir.

No sólo la Juve, el Manchester City y otro clubes europeos siguen este procedimiento que, a la larga, puede ser beneficioso a nivel deportivo o económico. En esas está el Valencia. La llegada de Pablo Longoria, más allá de que está vinculada a Marcelino, encuentra su razón de ser en este tipo de movimientos. Su agenda, cargada de futbolistas de perfil prometedor y de inminente eclosión, juega para el Valencia.

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