Los héroes de La Cartuja: Joachim Björklund

VALÈNCIA. Tras la derrota frente a España en La Cartuja el pasado 14 de noviembre, Suecia abre fuego mañana ante la República Checa en la repesca por una plaza en el próximo Mundial de Catar. Según el nuevo formato, las tres plazas vacantes del cupo europeo para la cita mundialista se dirimirán en seis semifinales y tres finales a partido único.

En el caso del combinado dirigido por Janne Andersson, de superar mañana a los checos en Estocolmo se enfrentaría el próximo martes a la Polonia de Robert Lewandowski (Bayern de Múnich): una selección que ya está clasificada para dicha final gracias a la eliminación de la selección y los equipos rusos de las competiciones FIFA y UEFA por el conflicto de Ucrania.

"Lo más razonable y justo deportivamente habría sido que Polonia tuviera un nuevo rival en semifinales"

Hakan Sjöstrand, presidente de la Federación Sueca de Fútbol

A pesar de la polémica decisión y de la ventaja que constituye esta circunstancia para los polacos, Suecia tiene una oportunidad única para repetir presencia en un Mundial tras los cuartos de final de Rusia’2018, cuando cayó frente a Inglaterra. Para ello, Andersson sigue apostando por un grupo que mezcla veteranía y juventud a las mil maravillas y que ha puesto a España en muchísimos apuros durante la fase de clasificación.

La principal novedad es el joven extremo de 19 años Anthony Elanga (Manchester United), que rechaza de este modo a Camerún e Inglaterra y se une a una selección que presentará argumentos de sobra para ganarse una plaza en el próximo Mundial: Alexander Isak (Real Sociedad), Dejan Kulusevski (Tottenham), Emil Forsberg (Leipzig), Victor Lindelöf (Manchester United), Mattias Svanberg (Bolonia), Ludwig Augustinsson (Sevilla) y un Zlatan Ibrahimovic (Milan) que está sancionado y solo podría jugar la hipotética final ante Polonia.

Así es como los suecos buscarán disputar de nuevo una cita que, aunque a muchos les extrañe, ya les ha dado muchas alegrías. Fueron anfitriones y subcampeones en 1958 (el primer Mundial de Pelé), mientras que en Brasil’1950 y Estados Unidos’1994 alcanzaron el tercer puesto. Precisamente en este último gran torneo protagonizado por Suecia, el del tercer lugar conquistado en Los Ángeles (California) ante la Bulgaria de Hristo Stoichkov (actual propietario del CSKA de Sofía), formaba con el número 4 en el centro de la defensa vikinga un férreo central, viejo conocido de la afición valencianista: Joachim Björklund.

Precisamente en aquel torneo también fue titular otro exvalencianista que estuvo excelso, Stefan Schwarz, en un torneo histórico para el fútbol sueco que empezó a descubrir la figura de Henrik Larsson (segundo entrenador del FC Barcelona junto a Ronald Koeman hasta el pasado octubre).

Al igual que el mítico tenista Mats Wilander, exnúmero 1 del mundo, Joachim nació en la ciudad de Växjö, al sureste de Suecia. Allí se inició en el fútbol de la mano del Östers IF, donde al cabo de los años debutó al máximo nivel. Pasó tres años por la disciplina del Brann noruego para regresar de nuevo a su país gracias al Göteborg. En ese momento ya había debutado con la absoluta de Suecia participando en la Eurocopa de 1992 en su país, el Mundial de Estados Unidos’94 e incluso había disputado los Juegos Olímpicos de Barcelona’92.

Su cartel y sus buenas actuaciones como internacional le permitieron dar el salto al Calcio de la mano del Vicenza Virtus (actualmente en la Serie B) allá por verano de 1995. Un año después aterrizó en el Glasgow Rangers y, en verano de 1998, llegó a Valencia para reforzar un aspecto del juego capital para la filosofía de Claudio Ranieri: la defensa.

Tres temporadas permaneció el sueco en la disciplina de un Valencia que empezaba a dar que hablar en el fútbol español y europeo. Tuvo sus momentos de más protagonismo y algunos períodos de escasas oportunidades, pero Björklund siempre supo rendir y ofrecer aquello que lo había traído a Valencia: fortaleza en el juego aéreo, empaque, contundencia y orden defensivo.

“Lo entrenábamos mucho: una defensa bien replegada y, en cuanto robábamos el balón, balón largo para el Piojo”

Joachim Björklund para La Liga

Nunca dio ningún problema, tuvo una profesionalidad intachable y siempre estaba disponible cuando se le necesitaba. De hecho, en la final de Copa de La Cartuja frente al Atlético de Madrid, entró en el terreno de juego en el 87’ sustituyendo a Claudio Piojo López. Aquel equipo que atenazó a los grandes a finales de los noventa se basaba en las prestaciones de jugadores como Joachim Björklund: aquellos que siempre estaban ahí para sumar dada la circunstancia que fuera. Su intensidad, entrega e ímpetu le dieron más de un disgusto al sueco, que se hizo varias brechas en la cabeza defendiendo los colores del Valencia CF.

“Me dieron entre 60 y 80 puntos en la cabeza…pero sigo siendo guapo”

Joachim Björklund para La Liga

Las escasas oportunidades que le dio Héctor Cúper y la llegada de centrales como Mauricio Pellegrino (actual técnico de Vélez Sarsfield) llevaron a Ximo a abandonar la disciplina valencianista en verano de 2001. Tras un breve paso por Venezia, llegó a la Premier League para defender los intereses de Sunderland y Wolverhampton, donde se retiró en verano de 2005.

El cariño y el vínculo del futbolista con Valencia fue tal que vino a vivir tras haberse retirado. De hecho, se inició en los banquillos en las categorías inferiores del Valencia y formó parte de su departamento de scouting. Incluso su hijo Kalle, actualmente en el Hammarby de la Primera División sueca, militó en las categorías inferiores y en el CF Torre Levante.

El exvalencianista ha trabajado también en los medios de comunicación como especialista en fútbol español y actualmente y desde el pasado enero, es el segundo entrenador del Sarpsborg 08 noruego, un cargo que venía ostentando desde enero de 2018 en el banquillo del Hammarby sueco.

“Tengo tan buenos recuerdos de Valencia que me quedé a vivir allí”

Joachim Björklund para La Liga

Desde luego que, el próximo 23 de abril, Ximo será un valencianista más. El escenario y el torneo le son familiares, y son historia viva del Valencia CF. Llegó sin hacer ruido y fue una parte fundamental de un equipo que se convirtió en leyenda. En La Cartuja empezó todo.