VALÈNCIA. Cuando quedan dos semanas escasas para el cambio de año, el Valencia CF afronta un futuro incierto en múltiples campos debido a su situación actual derivada de una mala gestión de la propiedad. Para enderezar el rumbo de la nava, estos son los deberes que debe afrontar la entidad de Mestalla para ofrecer una imagen diferente en 2023.
Mientras que Gennaro Gattuso se ha negado por activa y por pasiva a hablar de objetivos europeos y se limita a hablar de asegurar los 40 puntos, el discurso en la entrevista a los medios oficiales del club de Kiat Lim, si habló de volver a competiciones europeas. Eso sí, no dijo para cuando y pidió tiempo.
El mismo hijo del propietario habló de que 1.000 días sin competición europea eran demasiados y que había que volver a Europa de una manera continuada. Eso sí, primero habló del delicado equilibrio entre lo económico y lo deportivo en un discurso similar al de Peter en 2015.
Mientras tanto, el equipo se fue al parón con un triunfo ante el Betis que rompía una sequía de cinco partidos sin ganar y que les deja, a la hora de retomar el campeonato, en el décimo lugar de la clasificación con 19 puntos a 4 de la séptima posición (Conference League).
Pese a completar el año pasado una discreta campaña, el Valencia CF se quedó a un sólo penalti de ganar el título de Copa.
El equipo entonces dirigido por Bordalás completó un camino hasta La Cartuja no exento de fortuna en el sorteo, que le llevó a dejar en el camino a Utrillas, Arenteiro, Cartagena, Atlético Baleares, Cádiz y Athletic de Bilbao.
Este año los de Mestalla eluden las dos primeras rondas del torneo por su condición de participantes en la Supercopa al ser subcampeones de la Copa del Rey. Además, otra ventaja derivada de esta condición es que para esta primera eliminatoria en la que tomen parte (dieciseisavos de final) se enfrentarán seguro a un equipo de inferior categoría. El martes 3 de enero, comienza para los de Gattuso el torneo del KO contra La Nucía.
Que para el Valencia CF comienza el 11 de enero y es el camino más corto para levantar un título (dos partidos). Para ello se las tendrá que volver a ver con el Real Madrid al igual que ocurrió en 2020. En aquel partido se levantó la sospecha de la competitividad del equipo debido al contencioso (cuya demanda ha sido admitida a trámite en los juzgados) que mantiene la entidad de Mestalla con la RFEF por el reparto de las cantidades económicas.
Este año los de Mestalla vuelven a la competición que se disputará en Arabia Saudí en su vertiente de subcampeones de Copa, y aunque siguen las malas relaciones con la Federación, Gattuso va siempre con todo a la hora de competir y se espera un papel que no sea tan decepcionante como el de hace tres años.
Parece lejana esta situación tras el último rifi-rafe protagonizado por Layhoon y Sandra Gómez. Cabe recordar que en la rueda de prensa posterior a la Junta General de Accionistas Layhoon acusó al Ayuntamiento de no enviar el borrador del convenio que debe sustituir a la ATE y de bloquear las licencias del terciario del antiguo y nuevo Mestalla. El discurso de Sandra Gómez y de Joan Ribó fue en la misma dirección a la hora de desmentir a Layhoon asegurando que el borrador del convenio sí se envió y que las licencias del terciario se desbloquearán en el momento en el que el club construya el Polideportivo de Benicalap al que se comprometió en su día.
Kiat Lim habló en su discurso oficial de que están realmente interesados en acabar el estadio y la misma Layhoon dijo que tenían una empresa dispuesta a invertir en el terciario. Con los 80 millones de CVC disponibles para reemprender las obras, falta dilucidar la cuantía de lo que queda por construir (que el club cifra en 125 millones) y cómo se va a financiar.
Mientras eso no quede claro y no se llegue a un acuerdo sobre el aforo del Nuevo Estadio y la condiciones económicas del nuevo convenio, parece que la batalla va a ser complicada pese a los gestos públicos de reunirse con Joan Ribó como hicieron Layhoon, Kiat Lim y Javier Solís.
Tras borrar de la ecuación a Anil Murthy, Meriton lleva desde verano anunciando nuevos tiempos y nuevas formas para acercarse a un entorno al que apartó con gestos.
El primer paso lo anunció el club en boca de Kiat Lim, y es el de modificar nuevamente el punto 4 de los estatutos del club para eliminar la norma del 1 por 1.000 y que los pequeños accionistas de 9 o más acciones puedan volver a las juntas.
Además, en su discurso oficial Kiat Lim habló de acercarse de nuevo y escuchar a las peñas (lo hizo en diversas ocasiones), con lo cual no es muy aventurado pronosticar que el club vaya a proponer la firma de un nuevo convenio con la Agrupación de Peñas a la que Murthy expulsó de Mestalla. De hecho, se han restablecido parte de las relaciones y como consecuencia de ello hace unos días Gennaro Gattuso acudió al local de la Agrupación para brindar con los peñistas por la Navidad.
Sin embargo, aún debe mejorar la la relación con sus aficionados como reflejó el "pinchazo" de asistencia para el amistoso ante el Nottingham Forest que dejó la grada vacía y deslució completamente el homenaje a los campeones de la Supercopa del 80.
Meriton repite constantemente aquello de "encontrar el equilibrio entre la parte económica y la deportiva", y a fe que es evidente que aún está lejos. Con unas pérdidas aprobadas de 45.8 millones de euros (las peores de la era Lim) y con un máximo accionista que va a tener que concederle un nuevo préstamo a la entidad de 35 millones de euros la deuda del club sigue siendo un problema enorme. Hasta el punto que la directora financiera de la entidad, Inma Ibáñez, reconoció el lunes en rueda de prensa que "por nuestro historial los bancos ya no nos prestan dinero".
Es más, la propia Ibáñez aseguró que refinanciar la deuda del club con CaixaBank pasa por acabar el Nou Mestalla. Y eso de momento no parece cercano.