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Los tres zurditos

18/11/2022 - 

VALÈNCIA. El Valencia tiene un callo en su costado izquierdo. La callosidad es responsabilidad de Meriton, claro, y de la ausencia de proyecto deportivo, por mucho que de manera rimbombante se redacten comunicados oficiales y se hable de "reuniones estratégicas" o de "trazar una hoja de ruta" como ha sucedido estos días tras el vasallaje en Singapur al señor feudal, Peter Lim. No hay hoja de ruta, no hay plan... no hay club. El Valencia está en manos de la improvisación, de las fluctuaciones del mercado y de la inacción de su propietario.

El cuento de los tres zurditos de Paterna, Gayà, Lato y Jesús Vázquez, se ha emborronado desde que comenzó a escribirse. La renovación de José Luis Gayà, publicitada antes de la pandemia, se ha cerrado recientemente después de que Meriton no haya podido colocarlo en el mercado los últimos dos años para hacer caja. A finales de curso, el plan era vender a Gayà y ascender a Jesús Vázquez al rol de primer lateral. Ya lo dijo Anil Murthy, borrado del servidor de Meriton tras el reseteo con Layhoon Chan. Con Toni Lato directamente no se contaba. Se iba a esperar a la caducidad de su contrato porque tampoco había esperanza en venderlo. Se filtraba que la renovación de Gayà era una prioridad, pero realmente el objetivo era traspasarlo al mejor postor. El mercado no se trabajó, ¡durante dos años!, y, claro, no apareció ningún comprador, lo que provocó un volantazo y una renovación, aprovechando el sentimiento y la buena voluntad del lateral de Pedreguer y las ventas de Guedes y Soler. 

Con un director deportivo solvente, una renovación encallada, una necesidad evidente de vender y un relevo asomando, cualquier club hubiese trabajado de forma lógica. Y hubiera estado preparado para anticipar y enfrentar esta situación antes de que se produjese. Pero las reglas de Singapur no son las de cualquier club al uso. Son a medida. La de Peter Lim.

Ahora el escenario es el siguiente. La renovación de Gayà perjudica la progresión de Jesús Vázquez, que debería estar jugando ya cedido en otro club para coger minutos y experiencia. Pero Vázquez no salió porque la intención era la de vender a Gayà este verano, y eso no se consiguió. Vázquez y Lato eran a finales del curso pasado los dos laterales izquierdos para el Valencia que venía en la 2022-23. Gayà, Vázquez y Lato integraron ese carril a principios de curso. Luego llegó Gattuso y se decantó por Lato, que adelantó a Vázquez en el rol de suplente de Gayà tras las primeras jornadas de liga. Un galimatías. Una ensalada de zurdos.

A Gattuso, que presionó en rueda de prensa para renovar a Lato, nadie le indicó que la apuesta era Vázquez y que no había intención de renovar a Lato. Pero el italiano, protegido por la propiedad, se convirtió nada más en llegar en una especie de manager general, o entrenador fichador, al estilo de la Premier League. El terreno vacante por la ausencia de un director deportivo lo ocupó por carisma el caracterial preparador calabrés. Resultado: hoy Gayà es el titular y Lato está por delante de Vázquez que, sin minutos, está mustio y pide salir.

Con seis meses de retraso, Jesús Vázquez apunta a marcharse en la ventana de fichajes de invierno. Una cesión, pagada, es lo más aconsejable. Si llega con opción de compra, mejor. El Inter parece dispuesto. Y una cláusula en el contrato de Jesús le permite salir de manera unilateral por su escaso minutaje en competición. 

Si el hijo de Braulio Vázquez sale cedido hasta junio y luego regresa, el club tendrá un problema diferente que debería estar planteado y resuelto en una club lógico y formal. Con Gayà renovado y pase lo que pase con Lato a final de curso, ¿dejamos que Vázquez se marchite a la sombra de Gayà?, ¿le buscamos una nueva cesión? o ¿lo traspasamos con una opción de recompra durante la primera temporada o con un porcentaje de una futura venta? Estas preguntas deberían tener ya respuesta en el club, pero no hay solución para ninguna de ellas.

Este es el cuento de los tres zurditos de Paterna y Lim, obvio, es el lobo feroz. "Soplaré, soplaré, y tu casa derribaré". Esperemos que el club resista las embestidas de su máximo propietario. Las cuentas que se publicaron esta semana indican todo lo contrario.

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