ALICANTE. Carlos Mangada vuelve al Hércules, a su casa futbolística. Siete años después de haber abandonado su cantera para enrolase en la del Villarreal, el pivote alicantino defenderá la elástica del primer equipo blanquiazul.
Francisco Peña ya trató de conseguir su cesión el verano pasado, pero el Espanyol, titular de los derechos sobre el jugador desde 2021, no accedió. Este era Mangada el que tomaba la iniciativa y se desvinculaba del club perico para tener libertad de decisión. "Este año era el bueno para dar el paso. Tengo ganas de empezar ya a darlo todo para que el Hércules vuelva dónde tiene que estar", señalaba Mangada este jueves, en el transcurso de su presentación.
"Siempre hablé con mi padre que algún día quería vestir la camiseta del Hércules en el Rico Pérez. Es un orgullo. Todos los niños de Alicante quieren jugar en el Rico Pérez", decía el pivote sub-23, que ha participado en un total de 60 partidos oficiales en las dos temporadas en Segunda Federación que ha jugado con el segundo equipo del Espanyol, dos campañas en las que disputó el 'play-off' de ascenso a Primera Federación.
Preguntado por si su condición de alicantino podía elevar la presión del entorno sobre él, Mangada entendía que no, que sería todo lo contrario: "Ser alicantino y herculano rebaja la presión, no hay ninguna presión", señalaba antes de destacar la unión y motivación reinante en el grupo que entrena Rubén Torrecilla, algo que decía que le había sorprendido gratamente.
"Puedo aportar equilibrio, seguridad con el balón e intensidad, que es lo que nos pide el míster", decía Mangada sobre sus cualidades.